Ante la imposibilidad de alcanzar un consenso en el Consejo del Salario, el Gobierno nacional anunció que definirá el nuevo valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) mediante un decreto.
La medida se tomó luego de que las posiciones entre los representantes de los trabajadores y los empresarios se mostraran irreconciliables.
Según informó la Política argentina, luego de un cuarto intermedio sin avances, el Ejecutivo comunicó su decisión. «Durante los dos años de gestión de Javier Milei, el Ejecutivo ha aplicado siempre el mismo criterio, sellar el Salario Mínimo en línea con la propuesta empresarial», explicaron desde la central obrera.
Las posturas enfrentadas en la negociación
La brecha entre las partes era amplia. Por un lado, la CGT y la Central de Trabajadores (CTA) unifiedaron su postura y solicitaron un salario mínimo de $553.000, a partir de abril de 2026. Por otro lado, la CTA Autónoma reclamó un monto mayor, de $736.000, argumentando que debe estar «por encima de la línea de indigencia».
Frente a estas propuestas, el sector empresarial, representado por la UIA, CAME, la Asociación de Empresarios Argentinos y la Sociedad Rural, realizó una oferta significativamente menor: $326.000 para la actualización inmediata y $349.000 a partir de abril del próximo año.
Críticas sindicales y movilización
El secretario general de la CTA Autónoma, Hugo ‘Cachorro’ Godoy, cargó contra la decisión oficial, calificándola de «vergonzante» y acusando al Gobierno de actuar con el «despotismo» que, según él, caracteriza su gestión. Afirmó que esta resolución «sigue hundiendo el SMVM y, con él, al conjunto de los ingresos de los trabajadores».
Paralelamente a la reunión, organizaciones sociales y las dos CTA se movilizaron frente a la Secretaría de Trabajo, al mando de Julio Cordero, para exigir que el salario mínimo iguale el costo de la Canasta Básica Total y para plantear otros reclamos, como un bono de fin de año y la actualización de los programas sociales.




