La continuidad del volante vasco en el club de la Ribera es la gran incógnita que cierra el año. Tras una temporada marcada por las lesiones, el jugador deberá decidir si activa una cláusula de rescisión o se queda para 2026.
La pretemporada de Boca Juniors, que comenzará el próximo 2 de enero, podría arrancar con una baja de peso. Ander Herrera, una de las figuras del plantel, se encuentra en un profundo proceso de reflexión sobre su futuro profesional tras un año en el que las lesiones limitaron su participación a solo 17 de los 44 partidos del equipo. Aunque en el club hay voluntad de retenerlo, la decisión final recaerá enteramente en el jugador de 36 años.
Un contrato con una cláusula que lo cambia todo
La situación contractual es el telón de fondo de esta incertidumbre. El vínculo de Herrera con Boca contempla una renovación automática hasta diciembre de 2026. Sin embargo, este mecanismo habitual tiene una particularidad crucial: el acuerdo incluye una cláusula de rescisión unilateral. Esto significa que, tanto el futbolista como el club, tienen la posibilidad de dar por terminada la relación de manera anticipada y sin consecuencias legales antes de que se concrete esa renovación automática.
Esta cláusula es la que abre la puerta a que Herrera evalúe dar un paso al costado, una opción que ha cobrado fuerza en su mente luego de una temporada frustrante.
Una temporada de sombras: la persistencia de las lesiones
El principal motivo de la duda es físico. Durante el 2025, Herrera padeció cinco lesiones musculares diferentes, lo que le impidió tener la continuidad que él y el club esperaban. Su ausencia fue significativa en momentos clave del año: se perdió prácticamente toda la Fase 2 de la Copa Libertadores, el Mundial de Clubes y un Superclásico, entre otros partidos importantes.
Aunque en el último tramo del campeonato local logró recuperarse y se convirtió en una pieza valiosa desde el banco para el técnico Claudio Úbeda, el saldo general es el de un jugador que solo estuvo disponible para el 38% de los encuentros. Esta falta de regularidad ha llevado al experimentado volante a cuestionarse si su cuerpo está para afrontar otra temporada de alta exigencia.
Optimismo en el club, pero la pelota está en su campo
Frente a este panorama, en las autoridades de Boca reina una sensación de optimismo cauteloso. Tanto el presidente, Juan Román Riquelme, como el entorno del futbolista confían en que Herrera se presentará a la pretemporada y cumplirá con el último año de su contrato. Este sentimiento persiste incluso luego de que, en una de las últimas prácticas del año, el vasco retirara sus pertenencias del vestuario, un gesto que también realizaron otros jugadores y que, según fuentes del club, no debe interpretarse como una señal de despedida.
La balanza, hoy por hoy, se inclina levemente hacia la continuidad. No obstante, la última palabra la tiene el propio Herrera, quien se tomará las vacaciones en España para analizar junto a su familia qué es lo mejor para el cierre de su carrera. La respuesta definitiva se conocerá cuando suene el silbato inicial de la pretemporada xeneize. informó el medio TyC.




