El futuro de Paulo Dybala en la Roma se complica: fue suplente por cuarta vez, ni siquiera entró y los rumores de no renovación se multiplican. Mientras tanto, en Boca las esperanzas de un retorno crecen.
La situación de Paulo Dybala en el club italiano atraviesa uno de sus momentos más bajos. Este lunes, en la victoria 1-0 de la Roma ante el Como, el cordobés volvió a ser suplente por cuarta vez consecutiva y, por primera vez en ese lapso, ni siquiera ingresó desde el banco. La decisión del entrenador Gian Piero Gasperini, sumada a los rumores de que el club no tiene intención de renovar su contrato, aviva la ilusión en Boca Juniors por una operación que parece cada vez menos imposible. El análisis de la situación fue publicado por el sitio deportivo TyC Sports.
Las declaraciones del técnico no fueron mucho más alentadoras. Tras el partido, Gasperini reconoció que Dybala es un «jugador extraordinario» pero condicionó su vuelta al equipo a su estado físico: «Quizás esté listo para el domingo, veremos cómo entrena», dijo. En la previa había sido más directo: «Cuando está bien, no tengo ninguna duda», sugiriendo que la «Joya» no se encuentra en condiciones óptimas.
Un contrato que se agota y un silencio que habla
La coyuntura deportiva se agrava con la situación contractual. Dybala está a punto de entrar en los últimos seis meses de su vínculo con la Roma, que expira en junio de 2026, y todo indica que no habrá renovación. Los medios italianos sostienen que, ante la persistencia de lesiones y ausencias, la dirigencia del club habría cambiado su postura y decidió no extenderle el contrato.
Este escenario abre una ventana de oportunidad única para Boca Juniors. El club xeneize ha manifestado su interés de manera pública y reiterada. Hace unos días, el secretario de fútbol Marcelo Delgado dijo: «Ojalá podamos hacer el esfuerzo». Y su compañero y amigo de la selección, Leandro Paredes, fue aún más claro: «A Dybala lo esperamos en Boca con la ilusión intacta». El propio Paredes viajó a Italia este fin de semana y estuvo en el estadio viendo el partido de la Roma.
El gran obstáculo: el factor económico y la voluntad del jugador
El principal escollo para cualquier negociación es, sin dudas, la diferencia salarial abismal entre Europa y Argentina. El sueldo que Dybala percibe en Italia es «incomparable» con lo que cualquier club argentino puede ofrecer. En Boca son conscientes de que una operación de esta magnitud solo será posible si el jugador toma la decisión de priorizar un proyecto deportivo y sentimental por encima de lo económico.
Por eso, más allá de las ilusiones y los deseos manifestados por las figuras del club, la dirigencia aguarda un guiño concreto del propio Dybala. Mientras el futbolista atraviesa una etapa de incertidumbre profesional en Roma, con un técnico que no lo cuenta y un contrato por vencer, la bola de nieve mediática que lo acerca a La Bombonera no hace más que crecer.
El futuro de la «Joya» está en suspenso. La Roma parece haber tomado una decisión sobre su continuidad, y Boca Juniors espera paciente, con la ilusión a flor de piel, a que el protagonista de esta historia dé el primer paso para hacerla realidad.




