El gobierno de Javier Milei buscará aprobar la reforma del Código Penal en el Congreso entre la batería de proyectos que tiene en consideración. Cuáles son los puntos más importantes del documento.
El Ejecutivo nacional envió al Congreso un proyecto integral de reforma del Código Penal con cambios significativos en el régimen punitivo vigente desde 1921. La iniciativa fue presentada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni; y la exministra de Seguridad y actual senadora, Patricia Bullrich, y apunta a endurecer las penas para delitos graves, modernizar figuras delictivas y adaptar la ley a realidades actuales como el narcotráfico, delitos informáticos, violencia en espectáculos deportivos y delitos vinculados a abusos, corrupción o trata de personas.
Entre las novedades centrales se contemplan penas más duras: por ejemplo, el homicidio simple pasaría a tener una pena máxima de 30 años de prisión. En los casos de homicidio agravado, la reforma prevé que la pena de prisión perpetua deje de tener límite temporal, es decir que podrá implicar cadena perpetua “de por vida”.
También se plantea la imprescriptibilidad para delitos graves como homicidio agravado, abuso sexual, trata de personas o narcotráfico, entre otros. Esos crímenes no podrían quedar impunes por el paso del tiempo.
Además, la reforma endurece las sanciones para delitos como robos con violencia, “entraderas”, motochorros, salideras, estafas piramidales, secuestro virtual, pornovenganza, delitos viales por conducción imprudente, ciberdelitos y corrupción pública.
Qué cambia en la estructura del Código y la respuesta institucional
El proyecto no solo modifica penas, sino que propone una reestructuración normativa: el nuevo Código aspira a reemplazar la norma centenaria y sus innumerables parches con un texto unificado, moderno y con más artículos para contemplar los nuevos delitos surgidos en las últimas décadas, como los informáticos, medioambientales, de derechos humanos, delitos complejos transnacionales, entre otros.
Otra herramienta fuerte de la reforma es el endurecimiento del régimen penal: se busca que en cerca del 80% de los delitos contemplados haya prisión efectiva, limitando la libertad condicional, reduciendo beneficios penitenciarios y eliminando “puertas giratorias” para reincidentes o casos graves. Esto, según el Gobierno, apuntará a garantizar cumplimiento real de condenas y dar prioridad a las víctimas.
También se incluye la ampliación de las figuras de delito: el nuevo Código incorpora modalidades de “crimen moderno”, como delitos cibernéticos, corrupción estructural, delitos ambientales, explotación sexual infantil, narcotráfico, tráfico de personas, violencia en espectáculos masivos, entre otros, para dar una respuesta legal actualizada a fenómenos que crecieron en complejidad en las últimas décadas.
Qué implican los cambios y los desafíos que abre la reforma
Si la reforma se aprueba tal como está, implicaría un giro drástico: condenas más largas, cárcel real para delitos graves, eliminación de beneficios automáticos y un endurecimiento general del sistema penal.
Además, la ampliación de delitos y penas puede generar debates sobre proporcionalidad, derechos humanos, rehabilitación, justicia social, y equilibrio entre castigo y reinserción. Por ejemplo, la baja de la edad de imputabilidad en casos graves -un punto que ya formaba parte del proyecto original de reforma- vuelve central la discusión sobre menores de edad, justicia penal juvenil y políticas de prevención.
También será clave cómo se modulan los nuevos delitos vinculados con tecnologías, informática, delitos ambientales, corrupción, narcotráfico y crimen organizado: aplicar bien las nuevas figuras requerirá recursos técnicos, capacitación judicial, equipos especializados e interjurisdiccionalidad, especialmente cuando hay delitos transnacionales y redes complejas.
Reforma del Código Penal: qué sigue
El proyecto ya fue enviado al Congreso y se espera que se debata durante las sesiones extraordinarias del próximo 10 de diciembre. El oficialismo lo impulsa como una de sus reformas de “segundo orden” tras los cambios económicos y sociales.




