Una decisión de Úbeda que dejó perplejos a todos terminó sellando la eliminación de Boca del Torneo Clausura. El DT explicó un cambio «táctico» que nadie comprendió, mientras el plantel y la hinchada manifestaron su enojo.
La reacción de la Bombonera fue unánime, espontánea y lapidaria: un «¡Nooooo!» colectivo se escuchó en las tribunas cuando, a los 71 minutos, el entrenador de Boca, Claudio Úbeda, dispuso el cambio de Exequiel Zeballos. En ese momento, el equipo buscaba el gol que lo metiera en la final del Torneo Clausura, pero la salida de su jugador más desequilibrante por un Alan Velasco que no jugaba hace 63 días desconcertó a propios y extraños. Esta información fue recogida por distintos medios deportivos nacionales, que destacaron la polémica decisión técnica.
El gol de Racing llegó apenas cuatro minutos después de ese cambio, confirmando el peor de los presagios para el equipo de La Ribera. El partido terminó 1-0, dejando a Boca fuera de la competencia y generando una profunda crítica hacia la gestión de Úbeda en un partido clave. Apenas un minuto antes de ser sustituido, Zeballos había ganado una carrera de velocidad a dos defensores, demostrando que lejos estaba de «estar cansado», como argumentaría luego su entrenador.
La explicación que no convenció a nadie
«Vimos que estaba cansado», declaró Úbeda en conferencia de prensa, intentando justificar la salida de Zeballos. Sin embargo, esta explicación chocó con la percepción general y con las imágenes del partido. Para muchos analistas y para la propia hinchada, la sustitución no solo fue errónea en el momento, sino también en la elección del jugador reemplazado.
La polémica no es nueva para Úbeda. Ya en el empate 2-2 ante Central Córdoba, el técnico había sido criticado por la tardanza en realizar cambios a pesar de las señales negativas del segundo tiempo. En esta oportunidad, el error fue aún más evidente: con la necesidad imperiosa de ganar, Úbeda retiró a la principal amenaza ofensiva del equipo, dejando en el banco a otras alternativas ofensivas como Kevin Zenón. El ingreso de Rodrigo Battaglia se produjo recién en el minuto 92, cuando el equipo ya iba perdiendo y solo buscaba un centro al área.
Un plantel enojado y un futuro incierto
La frustración no fue exclusiva de las tribunas. En el campo, figuras como Leandro Paredes mostraron abiertamente su disgusto por la decisión. El malestar dentro del plantel suma otro capítulo a un año que se cerrará sin títulos para Boca, el tercero consecutivo.
Ahora, el club y su presidente, Juan Román Riquelme, enfrentan un final de año con decisiones cruciales. La eliminación condiciona el presente y obliga a planificar un 2026 que, al menos, tendrá la fase de grupos de la Copa Libertadores como consuelo. Mientras tanto, la sombra de la polémica y la pregunta sobre el futuro técnico del equipo quedan flotando sobre la Bombonera.




