Al cumplirse 85 años del primer vuelo de la Aeroposta, entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia, piloteado por Antoine de Saint Exupéry, se realizó un acto en la representación provincial en Buenos Aires. Estuvieron presentes veteranos pilotos de la línea aérea que abrió las rutas regulares a la región.
Con un acto organizado por la Sociedad Argentina de Aerofilatelia (AEROFILA) la Casa del Chubut en Buenos Aires fue sede del evento conmemorativo de los 85 años del primer vuelo postal sobre la Patagonia realizado en 1929 por la empresa Aeroposta Argentina S.A. entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia. Este vuelo, que fue piloteado por el célebre aviador y escritor Antoine de Saint Exupéry -autor de, entre otras obras, “El Principito”- inauguró las rutas aéreas regulares sobre la región, contribuyendo a una efectiva vinculación de las provincias australes con el resto del país.
En la ocasión estuvieron presentes dos veteranos pilotos de la Aeroposta -de 97 años cada uno-, quienes recordaron anécdotas de los primeros años de la aviación en la Patagonia.
Uno de ellos, Ronald Scott -quien también peleó como voluntario en la Segunda Guerra Mundial- destacó que “a veces era más complicado volar en la Patagonia que salir a una misión de combate. Los aviones tenían un instrumental muy precario; uno tenía una brújula, ciertas referencias, sabía para dónde tenía que enfilar y más o menos el tiempo que tardaría y esa era la manera en que nos orientábamos. Pero el viento podía complicar todo y llevarnos a cualquier parte”.
Por su parte, Carlos Bilbao, otro de los pilotos que prestaron servicios en la Aeroposta, recuerda que “entre las cosas que llevábamos estaban las películas para los cines de toda la Patagonia, lo cual nos ponía una responsabilidad adicional. Cuando llevábamos películas hacíamos un esfuerzo para aterrizar de cualquier manera, porque sabíamos que los chicos y toda la ciudad estaban esperando los estrenos”.
Otro de los expositores fue Ricardo Gross, hijo del piloto homónimo que participó de los primeros vuelos hacia la Patagonia, quien recordó “el espíritu de pioneros y el sentido de responsabilidad por la tarea que desempeñaban aquellos aviadores”. Gross ejemplificó con el caso de un piloto que por razones climáticas tuvo que aterrizar en una zona desértica y caminó una larga distancia llevando al hombro el bolso con las cartas que debía transportar.
Conectando la Patagonia
Durante el acto de homenaje se presentó también un matasellos confeccionado por el Correo Argentino especialmente para la ocasión, con el cual se selló una edición limitada de estampillas conmemoratorias.
“Esta es la forma en que los filatelistas recordamos la historia”, explicó Avedis Ketchian, presidente de AEROFILA, quien indicó que “la apertura de estas rutas significó una gran expansión del servicio de correo, ya que la aviación complementaba los trayectos de la correspondencia en tren, inaugurando un sistema rápido y seguro que permitió conectar no sólo a Chubut sino a toda la Patagonia”.
Por Aeroposta, que prestó servicios hasta 1949, pasaron -además de Antoine de Saint Exupéry- pioneros de la aviación como Jean Mermoz, Rufino Luro Cambaceres y Próspero Palazzo.
Así quedó en claro cuando se proyectó el documental “Siguiendo la Ruta de la Aeroposta”, del realizador fueguino Luis Soler, quien realizó una reconstrucción de la historia de esta línea viajando a Toulouse y Marruecos, para rastrear los orígenes de la empresa que luego de Comodoro Rivadavia extendió sus rutas a Puerto Deseado, Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia.
Como parte de este homenaje, además, se inauguró una muestra fotográfica que podrá verse hasta mañana miércoles 5 de noviembre en los salones de la Casa del Chubut.