Se trata de los viñedos de variedad Pinot Noir más australes del mundo.
El presidente de CORFO Claudio Mosqueira junto a técnicos de la regional Oeste, visitaron el viñedo más austral del mundo, en la chacra de casi 4 hectáreas, perteneciente al productor Sergio Rodríguez en el valle 16 de octubre, camino a Chile por la ruta 259 sobre el arroyo Nant & Fall.
Actualmente la producción está en etapa de formación y esperan para el próximo año obtener las primeras 1.000 botellas de vino de la variedad Pinot Noir. Además, a través de CORFO formula un ANR (Aporte No Reembolsable) para la adquisición de maquinaria.
“Realmente es sorpresivo e innovador este emprendimiento vitivinícola en estas latitudes. Esta actitud fundacional de Sergio (Rodríguez), que con ese ímpetu, seguridad y principalmente independencia, hace un ejemplo productivo, al igual que otros en camino que también apuestan a la vid como en Paso del Sapo, con resultados ya a la vista”, señaló Mosqueira, acerca de los viñedos que se suman a los del Rio Percy y el Rio Grande.
“Además en Trevelin esta familia con espíritu transformador hace que todos podamos comprobar y disfrutar este establecimiento, que en corto plazo ya es una unidad demostrativa, como también un compartimiento turístico con servicios prácticos e inusuales”, agregó.
Luego de la recorrida de todo el establecimiento, en nombre del Gobierno Provincial, Mosqueira felicitó a la familia que en solo seis años en una escasa extensión de tierras está logrando un emprendimiento sustentable ejemplar.
Viñedos australes
En el 2005 Rodríguez empezó a desmontar en forma manual, para no usar ningún tipo de agroquímico, una tierra hasta entonces improductiva, ya que la misma estaba invadida por rosa mosqueta y además gran parte de su suelo fue decapitado dado que antiguamente se sacaba material para enripiar la ruta. Luego comenzó el desafío de darle un perfil productivo, tarea difícil porque las dimensiones de la chacra eran muy pequeñas y las características de la misma no eran las adecuadas para este tipo de emprendimientos.
“Ahí nace la idea del viñedo como una de las posibilidades que presentaba la chacra. La pendiente y la orientación con respecto al sol de la loma que conforma el predio son ideales para el cultivo de la vid”, explica el productor. A partir de ello se hicieron análisis de suelos, temperaturas máximas y mínimas diarias, se hicieron interconsultas con viveros de Mendoza sobre las variedades de clima frío, y se hicieron algunas pruebas a campo.
En el año 2.012 se inició la primera etapa de plantación poniendo en tierra 3.000 plantas. Al año siguiente se hizo la segunda etapa de plantación con 3.500 plantas más haciendo entonces un total de 6.500 plantas. Al viñedo se le ha dedicado una superficie de 1,23 hectáreas con la posibilidad de expansión de 1/2 hectárea más.