Santos avala la incorporación de Argentina al organismo durante la visita de Estado de Macri al país.
Durante los casi seis años de su mandato, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha tenido que lidiar en Sudamérica con Gobiernos y líderes en las antípodas de su ideología y forma de gestionar un país, sobre todo desde el punto de vista económico. Argentina y sus 12 años de kirchnerismo fue uno de los ejemplos más claros. Por eso la primera visita de Estado de Mauricio Macri a Colombia -este miércoles en Bogotá y a partir de mañana en Medellín- ha supuesto un bálsamo para su homólogo. Santos quiere impulsar la entrada de Argentina en la Alianza del Pacífico, el organismo económico creado hace cinco años con Chile, México y Perú, que recibió durísimas críticas por la anterior Administración argentina.
La llegada al poder de Macri ha supuesto una giro en la política económica y en las relaciones comerciales en Sudamérica de Argentina. El mandatario busca una visión “bioceánica” y aunque insiste en que Mercosur y Brasil son sus socios prioritarios, la realidad es que las dificultades económicas y políticas de su vecino y el retraso en el acuerdo entre el bloque comercial y la Unión Europea están empujando a Macri a explorar nuevos horizontes.
La entrada de Argentina en la Alianza del Pacífico es uno de los objetivos de Macri, que viajará como observador a la cumbre que se realizará a principios de julio en Chile. Colombia aguarda con los brazos abiertos y busca impulsar la relación comercial con Argentina. “Creemos que el sector privado de nuestro país debe mirar con mayor interés al mercado argentino e invertir en él”, aseguró Santos, quien, como Macri, no aportó mucha información sobre los acuerdos comerciales a los que dijeron haber llegado ambos mandatarios.
Más allá de relanzar la cooperación económica, quedó patente cómo ambos mandatarios guardan una buena sintonía ideológica. Macri celebró el proceso de paz que desde hace más de tres años se desarrolla en La Habana entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC y ofreció la colaboración de Argentina en la verificación del cese al fuego y la dejación de armas de la guerrilla, así como en el desarrollo del posconflicto, donde Argentina podría aportar su experiencia. El respaldo de Macri no es baladí. Los opositores al proceso de paz, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, siempre confiaron en que la simpatía ideológica que les suscitaba Macri se transformara en un rechazo a algunos de los acuerdos alcanzados con las FARC.
La sintonía actual entre Colombia y Argentina trasciende también a conflictos regionales y a intereses comunes. Santos y Macri cerraron filas en cuanto a la crisis venezolana. Los mandatarios fueron taxativos a la hora de apoyar el diálogo que impulsan desde Unasur los expresidentes Zapatero, Fernández y Torrijos, y que cuenta con el aval de Estados Unidos. Preguntados por si consideran que la OEA debe aprobar sanciones a Venezuela después de que el secretario general, Luis Almagro, aprobase la aplicación de la carta democrática, los mandatarios se mostraron dubitativos y en ningún momento se mostraron partidarios de ello.
Ante la posibilidad de que Santos respalde una hipotética candidatura de la canciller de Macri, Susana Malcorra, a dirigir la Secretaría General de la ONU, el presidente colombiano aseguró: “Apoyaremos con vehemencia a Argentina, siempre y cuando mi canciller no se presente”, bromeó Santos. Aunque María Ángela Holguín parece haber desistido de lanzarse a esta carrera no está del todo descartado. Colombia ha abanderado la lucha para que una mujer lidere el organismo.
El País