“Estoy cansado que esta chica me maneje el bloque”
La desafortunada frase fue pronunciada a los gritos por el presidente del bloque de diputados del CHUSOTO, Jerónimo García, al salir del recinto legislativo el jueves por la tarde.
Tras votar los proyectos de ley que habían sido vetados por el gobernador, un llamado telefónico de Fontana 50 obligó a los legisladores «dasnevistas» a retirarse de la sesión. Fuentes del palacio provincial aseguran que el llamado lo habría realizado la “gobernadora de facto”, Mariví Das Neves.
Esconocida la enorme influencia que la Subsecretaria de Modernización del Estado tiene sobre las decisiones del gobierno, y ayer fue una muestra más que clara del poder que se ha ganado la joven empresaria que fuera CEO de AM Publicidad sobre ministros y diputados cuya larga trayectoria en la militancia poco vale frente a los caprichos de “la hija de”.
Jerónimo García, ex secretario de trabajo, ex conductor de Luz y Fuerza, que fue parte (al menos eso dice él) de la resistencia peronista en los 70’, hoy debe soportar con indignación cómo un llamado de Mariví Das Neves lo obliga a levantarse de su banca.
La indignación de García no pudo ocultarse, quien primero arremetió contra el secretario privado de Arcioni, Alejandro Sandilo, porque éste le hacía gestos insistentes para que se levantase de la banca. “Qué te pasa, qué querés”, le grito García frente a todos los asistentes, que azorados fueron testigos de su ataque de ira.
En ese momento, todos los diputados del Chusoto, junto con el mismísimo vicegobernador Arcioni debieron retirarse del recinto, mientras que el FpV junto con Cambiemos continuaron con su actividad parlamentaria.
Al salir de su banca y ya en los pasillos de la Legislatura, Jerónimo García gritó para el oído de todos: “Estoy cansado que esta chica me maneje el bloque”. Más tarde el resto de los diputados del Chusoto comprendieron de quién hablaba la “cigüeña”: de María Victoria Das Neves, que pasó más de tres horas retando a los legisladores dasnevistas por haber votado en contra de los vetos de su padre.
En los libros de la historia chubutense quedará marcado a fuego el paso de Mariví Das Neves, que con un cargo de segunda línea como el de subsecretaria de Modernización del Estado logró controlar un gobierno y toda una banca de diputados sin tener un solo voto de la gente.