«Este trabajo interdisciplinario nos permite ayudar a los niños a corregir su anomalía mediante estímulos, para lograr un mejor desarrollo personal», afirmó el subsecretario de Salud, Jorge Espíndola.
Este lunes se realizó el cierre en el Centro Cultural, con la participación del subsecretario Jorge Espíndola, y referentes de distintas instituciones junto a equipos docentes y no docentes de jardines maternales.
El programa de Prevención en Jardines Maternales, se concretó junto a Fundación Crecer, Pan American Energy, el Instituto Altamira, el Colegio Médico y Óptica Baher. Al respecto, Espíndola explicó los alcances de cada prestación médica.
En cuanto a oftalmología, afirmó que «se sumó el Instituto Altamira con el subprograma VEO VEO, donde se realizó la pesquisa en cada jardín para detectar problemas de visión en los niños. Si existe alguna sospecha se lo acerca al instituto, para realizar los controles y tratamiento si fuese necesario. Al momento tenemos 9 niños en tratamiento».
De la misma manera, agregó que «esto se puede realizar gracias al aporte de Pan American Energy, también colaborando con el programa PRUNAPE a través de Fundación Crecer. En el mismo se trabaja en la pesquisa de trastornos generalizados del desarrollo. Realmente es muy importante porque podemos detectar precozmente algún problema que quizás no es orgánico sino producto del ambiente socioeconómico donde vive el niño».
En este sentido, dijo que «aquí se trabaja específicamente con cada niño y su familia, para estimular lo que esté falto de desarrollo, ya sea en lenguaje, capacidad motriz o lo que la pesquisa nos dé como resultado. Podemos estimular al chico y lograr que no tenga un trastorno generalizado a lo largo del tiempo».
Por otra parte, Espíndola indicó que el programa de Prevención en Jardines Maternales, también cuenta con asistencia en kinesiología, nutrición y odontología. «Estas prestaciones se realizan desde el 2013 en los jardines municipales. En los tres casos se detectan precozmente problemas de hábitos no saludables y de funciones. Con corrección de hábitos se producen mejoras en las distintas funciones y si se trabaja desde los 2 años es mucho más rápido».
Por último, el subsecretario puso en valor la realización de estos programas porque «es interdisciplinario y nos permite ayudar a los niños a corregir su anomalía mediante estímulos, para lograr un mejor desarrollo personal».