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Antes de dar su discurso, el republicano dijo que la decisión debería haberse tomado hace mucho tiempo. «Tenemos un anuncio importante que hacer y creo que debería haberse hecho hace mucho tiempo. Muchos presidentes dijeron que harían algo y no hicieron nada», comentó, en referencia a la promesa de varios de sus predecesores de trasladar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén.
No obstante, el magnate inmobiliario prometió que hará todo lo posible para respetar el «compromiso» de Estados Unidos con un acuerdo de paz israelo-palestino, y aseguró que Washington apoya una «solución de dos Estados».
El anuncio de Trump generó repercusiones negativas en Medio Oriente. En Palestina, Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica Palestina) y Al Fatah llamaron a «tres días de ira y rabia popular», desde este miércoles y hasta el viernes, para rechazar lo que calificaron de «conspiración norteamericana contra Jerusalén». Por ello, las fuerzas de seguridad israelíes se preparan para un eventual estallido de violencia.
Por su parte, el presidente de Francia Emannuel Macron calificó de «lamentable» la decisión de Trump sobre Jerusalén. Además, Turquía amenazó con romper relaciones con Israel y convocó, en su carácter de actual presidente de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), a una cumbre de líderes para tratar el tema.
El Papa pidió «respetar el statu quo» de Jerusalén para evitar «nuevos elementos de tensión en un panorama mundial ya convulsionado». Además, habló por teléfono con Mahmud Abbas, el presidente palestino.
El único que hasta ahora se manifestó a favor es el presidente israelí, Netanyahu, que calificó de «histórica» la decisión.
A pesar de la ola de advertencias y amenazas de países musulmanes y europeos, el traslado a esa ciudad de la embajada estadounidense no será inmediato.
Por lo demás, trascendió a los medios que no se plegará a la pretensión israelí de que la ciudad, anexada en su totalidad al Estado de Israel desde 1980, sea indivisible.