Según el presidente de la compañía, Mario Dell’Acqua, esta modificación implica un ahorro, de aquí al 2020, de 73 millones de dólares; así como una oferta de más de 500 plazas y un 10% más de pasajeros, aunque claro que con la eliminación del servicio de clase ejecutiva.
Llamó la atención la presencia en la sede de Aerolíneas en el aeroparque Jorge Newbery del jefe de gabinete, Marcos Peña, en un sencillo anuncio de gestión de la compañía. También estuvo el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Los tres brindaron una también llamativa conferencia de prensa en la que solamente estuvo presente la agencia estatal Télam.
«Hemos decidido eliminar la Clase Ejecutiva de nuestra flota de vuelos de cabotaje y regionales, porque eso implica un ahorro de gran magnitud, teniendo en cuenta el objetivo que nos hemos planteado de lograr que el año próximo Aerolíneas no necesite subsidios del Estado para seguir funcionando», dijo Dell’Acqua.
Indicó Dell’Acqua que la inversión prevista para concretar el cambio es de US$ 15 millones, y el plazo para el recambio total es de un año.
No obstante, precisó que se mantendrá la configuración de Clase Ejecutiva en los nuevos aviones Boeing Max, «porque serán los que utilizaremos para vuelos de mediano alcance, como por ejemplo al Caribe o a capitales de países sudamericanas como Lima y Bogotá».
Peña utilizó la conferencia de prensa para volver a diferenciarse del kirchnerismo. «Lo que está ocurriendo con la Revolución de los Aviones nos indica que estábamos ante varias mentiras. Una era que Aerolíneas estaba condenada a tener déficit para funcionar, que no había otra manera», indicó.
«La otra era que por defender a Aerolíneas los argentinos estaban condenados a volar menos, aludiendo a una concepción federal mentirosa. Sin conectividad no hay federalismo», agregó.
Fuente: La Política online