Ante los hechos de público conocimiento, en ocasión del dictamen de la fiscalía de Zapala el cual solicita el procesamiento de tres guardaparques y dos integrantes de la comunidad mapuche Curruhuinca por la muerte de dos niños provocada por la caída de un árbol en el Parque Nacional Lanín el 1º de enero de 2016, la Administración de Parques Nacionales desea comunicar:
En primer lugar, que los hechos sucedidos en el Parque Nacional son y serán una marca en el corazón de los trabajadores de esta institución y de toda la comunidad de San Martín de los Andes. Lamentamos profundamente las trágicas consecuencias de este episodio y nos solidarizamos con las familias afectadas y su dolor.
Los parques nacionales son zonas agrestes, donde se conservan y protegen a perpetuidad millones de árboles (sólo en el Parque Nacional Lanín hay más de 80 millones de árboles).
El control de ramas y árboles bajo la forma de apeos es una actividad que disminuye el riesgo pero que en modo alguno garantiza el no riesgo. Árboles considerados sanos pueden caer y árboles enfermos pueden estar de pie cien años. No se trata de una ciencia exacta.
Esta Administración entiende que no siendo posible prever la ocurrencia de fenómenos de la naturaleza, el desprendimiento ha sido un hecho fortuito e inevitable. La caída de ramas o árboles en zonas agrestes es un fenómeno imprevisible de la naturaleza en donde se pueden dar múltiples factores de incidencia.
Asimismo, en relación con el hecho mencionado, el Directorio de esta Administración ordenó una investigación sumarial de forma que se ahonde en lo ocurrido ese trágico día en relación tanto a los empleados involucrados como a la comunidad Curruhuinca propietaria del terreno donde ocurrió el hecho.
En el marco del profundo respeto por la Justicia y sus instituciones, esta Administración tiene la expectativa de que pueda continuar la labor activa y planificada de conservación y visitación de áreas protegidas con compromiso y responsabilidad de todos.