Si Racing debía dar una respuesta después tras cuatro partidos sin poder ganar, la dio de manera contundente. Otra vez, como en febrero ante Cruzeiro, volvió a marcarle cuatro goles a un equipo brasileño en Avellaneda, por Copa Libertadores: venció 4 a 0 al Vasco da Gama y se acomodó en la punta del Grupo E.
Era una prueba difícil para un equipo que llegaba con los primeros interrogantes del año. Vasco salió decidido a esperar, con sus once jugadores detrás de la mitad de la cancha. Sin Neri Cardozo, con una molestia muscular, Racing parecía un equipo demasiado vertical. Hasta que los caminos hacia el gol aparecieron con la misma conexión: Matías Zaracho juntó gente y Lisando López limpió la pelota para que aparezcan los dos jugadores de elite que tiene Racing. Ricardo Centurión, con un bombazo, en el primero. Y Lautaro Martínez, con un anticipo desde el piso, en el segundo.
El partido pudo abrirse a los seis minutos, cuando Licha tuvo su primera posibilidad desde el punto del penal. Pero el uruguayo Martín Silva le ganó esa pulseada. Y el local tuvo que esperar hasta los 32 minutos para que Centurión descargara los nervios con su definición. A partir de ahí, todo se hizo más sencillo para Racing, que se incluso se permitió un par de lujos. Algunos estéticos, como los caños consecutivos que tiraron Augusto Solari y Martínez al comienzo del segundo tiempo. Y otros estratégicos, como cuidar las piernas de Sigali, en el entretiempo, y Centurión, cuando faltaba media hora.
También, claro, para su capitán se saque la bronca. Sobre el final del primer tiempo otra vez Silva le atajó un penal. Se fue ovacionado al vestuario pero masticando bronca. Quince minutos después de que arranque el complemento ya se había tomado revancha para cerrar una noche redonda para Racing.
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