La ruptura de una represa anoche en el centro de Kenia causó al menos 38 muertos, arrasados por el agua y el lodo mientras dormían, en plena temporada de lluvias que ya causaron unas 170 muertes y unos 260.000 desplazados desde marzo.
La represa de Solai, cerca de Nakuru, cedió a unos 160 kilómetros al norte de Nairobi, y sus aguas barrieron con las viviendas modestas de esta zona rural.
Toda la noche, los socorristas, con la Cruz Roja local a la cabeza, trabajaron para auxiliar a los sobrevivientes y recoger los cuerpos de las víctimas, que las autoridades cifraron provisoriamente en 38.
«La búsqueda y las tareas de socorro continúan y se encontraron más cadáveres», declaró hoy a la prensa Gideon Kibunjah, responsable policial regional, que calificó al fenómeno de «catástrofe porque la mayoría de los habitantes estaban durmiendo cuando se produjo la tragedia».
Al menos 36 personas ingresaron en establecimientos médicos de la región, citó la agencia de noticias EFE.
Fuentes locales reportaron que la represa se usaba para irrigar las granjas aledañas y cerca de ella había viviendas de obreros agrícolas.
Unas 170 personas murieron en Kenia por inundaciones desde el comienzo de la temporada de lluvias en marzo, si al último balance del gobierno hecho público el miércoles (132 muertos) se añaden las víctimas de la ruptura de la represa de Solai.
En Kenia hay dos temporadas de lluvias anuales: una corta, de octubre a diciembre, y una larga, entre marzo y junio. Las tres últimas fueron escasas en precipitaciones pero en la actual cayeron lluvias torrenciales sobre buena parte del país y el resto de África del Este.
La Cruz Roja keniana lanzó recientemente un llamamiento pidiendo 5 millones de dólares para ayudar a los damnificados en 32 de los 47 condados del país.
Las inundaciones colapsaron puentes y casas. En varias regiones el Ejército rescató con helicópteros a los habitantes atrapados en casas anegadas por las aguas.
La temporada de lluvias afecta a toda la región oriental de África. En Ruanda, 215 personas murieron desde enero en inundaciones y deslaves causados por las intensas lluvias, según el ministerio encargado de la gestión de las catástrofes naturales.
Las lluvias torrenciales también se abatieron sobre Somalia, después de una fuerte sequía. La ciudad de Beledweyne, en el centro-sur del país, sufrió inundaciones después de que las aguas del río Shebelle se salieran de su cauce.