En Francia 1998 se registraron seis goles en el arco propio. En Rusia 2018, esa marca se igualó en la mitad del campeonato. Quiénes fueron los autores de los once «autogoles» y cuánto influyeron en el resultado final.
Ya se habían jugado 32 partidos en el Mundial cuando Rusia y Uruguay se enfrentaron por la tercera fecha del grupo A. A los 23 minutos del primer tiempo, el seleccionado sudamericano ya ganaba 1 a 0 con gol de Luis Suárez y tenía un córner a favor. Del rebote, llegó el disparo de Diego Laxalt, el desvío en Denis Cheryshev y el 2 a 0 para Uruguay. Era a su vez el tanto que igualaba el récord establecido de goles en contra en un mismo Mundial: seis en Francia 1998.
A Rusia 2018 le sobró la mitad de la competición para empatar la marca registrada veinte años atrás. Cuando todavía quedaban por disputarse otros 31 partidos (sin contar el Rusia – Uruguay), ya habían sido seis las anotaciones en el propio arco: sobre la hora el iraní Aziz Bouhaddouz marcó el 1 a 0 para Marruecos, el australiano Aziz Behich puso el 2 a 1 final a favor de Francia (los otros dos goles del partido fueron de penal), el nigeriano Oghenekaro Etebo abrió el marcador para Croacia que terminó ganando 2 a 0, y también en la primera fecha del Mundial el polaco Thiago Cionek puso el 1 a 0 parcial para Senegal, al igual que el egipcio Ahmed Fathi, quien marcó para Rusia el primer gol de un partido que finalizó 3 a 1 a favor los locales.
El de Cheryshev fue el sexto. En el Mundial de Brasil 2014 habían sido apenas cinco los goles en contra con un detalle: el primer gol del campeonato lo marcó Marcelo en su propio arco. Con cuatro «autogoles», aparecen Alemania 2006 y Suiza 1954. En Rusia 2018 la marca asciende a once y aún restan disputarse cuatro partidos.
Después del de Cheryshev, llegó el del mexicano Edson Álvarez para maquillar la victoria de Suecia por 3 a 0, el penal que pegó en el travesaño y en la espalda del arquero Yann Sommer para decretar el 2 a 2 sobre la hora entre Suiza y Costa Rica, el gol del tunecino Yassine Meriah para Panamá, el tanto del ruso Sergei Ignashevich que gritó Sergio Ramos en los octavos de final entre el local y España y el último, el rebote en el hombro de Fernandinho que ponía en ventaja a Bélgica a los doce minutos del primer tiempo en instancias de cuartos de final.
Este Mundial ya batió otros récords: es la Copa del Mundo con más penales sancionados, con más goles de pelota parada y con más tantos en tiempo de descuento. Y todavía puede duplicar la cantidad de goles en contra que hasta Rusia 2018 había registrado Francia 1998.
Fuente: infobae.com