Según la UIA la producción cayó casi un 8% en septiembre y se perdieron más de 4.100 puestos de trabajo. Acorde al INDEC se usa poco más del 60% de la capacidad instalada en la industria.
La Unión Industrial Argentina (UIA) presentó un informe donde registra un derrumbe del 7,7% para septiembre, comparándolo con el mismo mes en 2017.
A su vez, alertan sobre el aumento en la pérdida de empleos registrados en el sector durante agosto. Se perdieron 4.162 puestos de trabajo, siendo el noveno mes consecutivo con tendencia negativa.
Si la comparación se hace con respecto a agosto de 2017, hubo 32.622 asalariados menos. En el mismo período la actividad manufacturera experimentó un retroceso del 3,8%, indicó la entidad fabril en el comunicado.
«La baja de septiembre fue generalizada para todas las ramas industriales con excepción de metales básicos y de papel que no presentó variaciones: diez de los doce rubros analizados presentaron caídas», explicó la UIA.
La cadena textil-indumentaria fue la más afectada, con una reducción del 25%. Le sigue la industria automotriz con una caída del 20,6%. La producción de sustancias y químicos tuvo en septiembre una caída de 3,1% y alimentos y bebidas 2,2%.
Cuando vemos la utilización de la capacidad instalada, es decir, cuanto se usa de todo el potencial industrial, vemos un retrocedo de 7,8% respecto del nivel que tenía en el mismo mes del 2017, informó el INDEC.
Se usa el 61,1% de la capacidad instalada en la industria, siendo el segundo indicador más bajo del año con una caída del 1,9% con respecto a agosto.
En la comparación interanual la industria textil es la que más bajó su capacidad productiva y cayó un 28,1%. Le sigue la industria automotriz, donde la baja de las exportaciones y la caída en el mercado interno, provocó que la industria este utilizando solo el 44,8% lo que significa una baja del 21,5%, respecto de los niveles de producción de septiembre del 2017.
Los industriales muestran su preocupación ante meses que no parecen mejorar en relación al consumo interno. El sector textil esta en alerta debido a la estacionalidad que marca que enero y febrero son meses más frenados que los previos, por lo que las perspectivas son negativas.