El proyecto que llevan adelante se basa en recuperar chatarra y reutilizarla, transformándola en bienes de uso.
Durante la última edición de la Feria Nacional de Innovación Educativa, que se realizó en Córdoba, el Centro de Formación Profesional entregó esos elementos construidos por sus estudiantes, en el taller de herrería urbana, a un establecimiento educativo de Corrientes y a otro de Jujuy.
Por segundo año consecutivo el Centro de Formación Profesional (CFP) N° 650, de Rawson, participó en la Feria Nacional de Innovación Educativa y fue la primera institución de la modalidad en traspasar las fronteras de la provincia para ser parte de un encuentro federal que permite conocer la realidad de otras regiones.
En esta última edición, el establecimiento se propuso estrechar lazos con instituciones educativas del país para darle un fuerte sentido solidario al trabajo de los estudiantes y donó los objetos realizados en el taller de herrería urbana que llevó para exponer, a escuelas de Corrientes y Jujuy. Además, se comprometió con otras escuelas a coordinar el envío de esos productos.
El proyecto que llevan adelante se basa en recuperar chatarra y reutilizarla, transformándola en bienes de uso.
A la Escuela 130 “Rosario Vera Peñaloza” del Paraje El Caimán, en la localidad correntina de San Miguel, le entregaron una olla de doble función: en su tapa cuenta con un mecanismo para hacer pochoclo, mientras que en la olla se puede cocinar. Y el mismo producto, obsequiaron a un establecimiento de La Quiaca.
“El proyecto se caracteriza por el uso de materiales ferrosos recuperados y utilizados para ejecutar trabajos creativos de herrería, aportando así a la comunidad no tan solo un elemento de uso, sino un gran aporte a la cultura de la buena convivencia de los pueblos y al cuidado del ambiente. Para nosotros fue muy emocionante entregar objetos realizados a escuelas en contextos vulnerables; la escuela correntina es muy especial, porque funciona en el contexto rural y es de Educación Intercultural y Bilingüe, ya que propicia la recuperación del guaraní”, dijo Osvaldo Bazán, docente a cargo del taller.
Agudizar el ingenio
Termo tanques en desuso, hierros de construcción descartados, alambres, todo es reutilizado por los estudiantes que generan propuestas a partir de ideas propias y de allí, hasta ahora, se especializaron en la fabricación de ollas de campo, discos, sartén y horno de campo. Los elementos mantienen un diseño rústico y campestre característico de la cotidianeidad campesina, explicó Bazán.
La materia prima es recolectada por los propios estudiantes en los distintos basurales de la zona. El diseño de los proyectos está ligado al material obtenido, para aprovechar al máximo cada parte.
Antes de viajar a la feria nacional, el equipo del CFP de Rawson también había donado una olla de campo, esta vez durante la Feria Provincial, cuando entregaron una olla y cuchillo de campo a la Escuela Nº 62 de Yala Laubat mostrando su compromiso solidario.
El Centro ofrece cerca de 70 propuestas de formación, la mayoría de ellas con una duración cuatrimestral, y también lleva su propuesta, de determinados talleres, a personas privadas de su libertad.
El año último, como participantes de la Feria Nacional de Innovación, fueron distinguidos con un aporte económico de US$ 2500 entregado por la Embajada de Estados Unidos para la adquisición de maquinaria para ese espacio de formación.
Con el dinero recibido, compraron elementos de gran utilidad para seguir expandiendo la intensa actividad que tiene el taller de herrería y el resto de los cursos que se dictan en ese espacio de formación. De esa manera, se adquirieron máscaras de soldar, comprensor de aire, amoladora de banco, atornillador eléctrico, lijadora, martillo demoledor y herramientas varias.