Pasó de 7.600 a 7.000 empleados
Lo dio como misión cumplida su presidente, tal como acordó a principios de 2018 con el ex Ministerio de Modernización.
El tema presupuestario siempre es crucial en el INTA, pero su presidente Juan Balbín justifica una mirada positiva tras pasar “un año duro. Hemos hecho un achique de planta, en un convenio con Modernización, por el cual hemos pasado de una dotación de 7.600 a 7.000 personas. Hemos cumplido con eso a través de jubilaciones y acuerdos con gente que ha tomado el retiro voluntario. El presupuesto es acotado pero esperamos ser eficientes para sostener el funcionamiento vital del INTA».
Hay una idea instalada en la opinión pública sobre el INTA, compartida con otras instituciones del Estado, que valora los aportes al desarrollo agropecuario y el personal técnico valioso con que cuenta, pero que a la vez considera que la cantidad de gente le limita el aprovechamiento de recursos. Consultado sobre el particular, Balbín ofreció su visión: «El INTA debe definir muy claramente cuáles son los objetivos, cuál va a ser el alcance y cuáles son las posibilidades del Estado de sostenerlo. De acuerdo a eso, serán las cantidades de actividades que haga y en función de eso los recursos».
El presidente se muestra convencido de que “hoy los recursos más importantes que tiene el INTA son los humanos. Determinar si está sobredimensionado o no depende mucho de lo que creemos necesita el país para su desarrollo. Yo no tengo una sensación de ni más ni menos, me parece que lo tenemos que adecuar a las posibilidades y tener una enorme responsabilidad como Instituto de generar las respuestas en función de los objetivos institucionales”.
Y concluyó: «Queremos estar sobre las cosas, ser positivos y proactivos hacia una sociedad a la que le aportamos conocimiento y oportunidades de trabajo. En la medida que prioricemos acciones, van a tener mayor impacto».
Clarin