El presidente caribeño apuntó contra el Grupo de Lima y le dio un ultimátum de 48 horas para reconocer su Gobierno. El líder bolivariano sostuvo que «no vamos a permitir ningún desliz, llamase como se llame, tenga el cargo que tenga».
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro afirmó que «está en marcha» un presunto golpe de estado ordenado desde Estados Unidos y del Grupo de Lima contra su gobierno.
«Está en marcha un golpe de estado ordenado desde Washington, desde el Cartel de Lima contra el gobierno legítimo y constitucional que presido», dijo al inicio de una rueda de prensa en Caracas.
Advirtió que frente a las pretensiones violentas el «pueblo sabrá responder hoy, mañana o cuando se pretenda y la revolución bolivariana se ha venido preparando para enfrentar y derrotar cualquier quinta columna que pretenda violentar la vida en Venezuela».
Vale recordar que el pasado 4 de enero los miembros del Grupo de Lima, con excepción de México, firmaron una declaración que insta al presidente venezolano a no asumir un nuevo mandato.
Tras una reunión de cancilleres en Lima, los otros 13 miembros del grupo creado en 2017 para presionar por reformas democráticas en Venezuela, dijeron que no reconocerían el nuevo mandato de Maduro porque su elección fue «ilegítima». Fiel a su estilo, el caribeño afirmó que “no vamos a permitir ningún desliz, llamase como se llame, tenga el cargo que tenga”.
En ese contexto, el mandatario recordó el fallido Golpe de Estado que ocurrió en Venezuela en tiempos de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores. “El que pretenda un plan como el del 11 de abril del 2002, sepa que se va enfrentar con la justicia con todo el poderío cívico militar que tiene nuestra patria», lanzó Maduro.
Así, el líder venezolano reprochó con dureza a sus críticos por convertir «una toma de posesión formal, protocolar, natural en un país democrático en una guerra mundial».
Lo cierto es que el juramento de Maduro para un nuevo mandato de seis años es desconocido por la oposición y buena parte de la comunidad internacional, que considera que su reelección lograda en las elecciones del pasado 20 de mayo es «ilegítima» al considerar que esos comicios no contaron con «garantías electorales».
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