Neuquén elegirá este domingo a su próximo gobernador y la atención está puesta en tres de los siete candidatos que están habilitados para ser elegidos. De acuerdo con las encuestas y al escenario previo ellos son: Omar Gutiérrez, actual mandatario provincial, quien va en representación del Movimiento Popular Neuquino (MPN), que gobierna a la provincia sin interrupción desde 1962; Ramón Rioseco, un ex piquetero que armó, vía Cristina Fernández de Kirchner, un frente con el kirchnerismo local de la mano de Oscar Parrilli, y Horacio Quiroga, un ex radical que se alineó con Cambiemos pero mantiene su propio partido denominado Nuevo Compromiso Neuquino (NCN)
Unos 492.000 electores se encuentran inscriptos para poder votar en los distintos distritos electorales donde sobresalen la capital con 203.988 y le siguen Plottier 32.411, Centenario 30.522 y Cutral Có con 29.539. Estas localidades no sólo concentran el grueso de la población sino que se encuentran en la cuenca petrolera neuquina que incluye a las reservas de gas y petróleo no convencional mas importantes del mundo y que han recibido inversiones por u$s 24.600 millones desde la firma del acuerdo YPFChevron durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y se proyecta al doble en los próximos años.
Por eso el candidato de Frente de Integración Neuquina (FIN) y Unidad Ciudadana trata de tranquilizar a las empresas petroleras y a los inversionistas extranjeros de que no serÓ el «cuco» tan temido por el Gobierno Nacional. «Tengan cuidado con Rioseco» les advirtió Mauricio Macri a la cúpula neuquina de Cambiemos, con Quiroga a la cabeza, cuando los recibió en Villa La Angostura hace unas semanas atrás durante su descanso en el exclusivo barrio Cumelén. Para los operadores políticos del macrismo resultaba más positivo apoyar a Gutierrez que a Quiroga, lo que provocó el enojo de su propio candidato.
«A mi no me parió Cambiemos» dijo el intendente aunque negó estar alejado del Presidente. Sí, en cambio y debido a la mala performance económica del gobierno central, quien se mostró distante fue Gutiérrez, desempolvando el viejo discurso del MPN alejado de los partidos nacionales, buscando retornar a las fuentes de un modelo que crearon su propio padre (Reynaldo Gutiérrez) y los hermanos Elìas y Felipe Sapag cuando fundaron el neoperonismo patagónico.
En esa grieta se metió Rioseco para aclarar que no es un enemigo de las petroleras y recordó que Vaca Muerta nació con CFK de la mano de otro ex gobernador del MPN: Jorge Sapag, quien mantuvo la misma política de alineamiento con la ex presidenta como ayer la mantuvo su sucesor con Macri.
En ese juego dialéctico aparece Quiroga como un innovador de los millonarios recursos gasiferos y petroleros y le reprocha a su adversario Gutiérrez no haberlos empleado para diversificar la economía provincial y robustecer servicios como Educación, Salud y Seguridad.
A su vez, el candidato cristinista le agrega una vieja petición del MPN: industrializar en origen al gas y petróleo de su cuenca, una ambición del ex gobernador de ese partido y connotado desarrollista, Pedro Salvatori. Por otra parte, el slogan de Gutiérrez parte de la ponderación de la obra pública que está desarrollando y de la generación de las tasas más altas del país en empleo y crecimiento de su economía.
Cronista