Se pretende que los productos cárnicos lleguen a la mesa de los consumidores habiendo cumplido con las condiciones de calidad y bromatológicas necesarias, evitando la proliferación de la bacteria Escherichia Coli.
La Dirección de Veterinaria, Saneamiento y Abasto de la Municipalidad de Rawson, continúa trabajando mediante el Programa de Prevención del Síndrome Urémico Hemolítico, controlando abastecedores, elaboradores, mercadería proveniente de los frigoríficos, carnicerías y todo lo que tenga que ver con la carne vacuna que llega a los hogares.
El programa prevé realizar auditorías, implementar mejoras en las buenas prácticas de los comercios y trabajar en comedores infantiles públicos y privados que estén dentro del ejido. También recogen muestras para realizar análisis microbiológicos.
Desde Zoonosis se conformó un grupo muy capacitado en la temática, donde todos los integrantes son profesionales en el área de productos alimenticios.
El director de Veterinaria y Abasto, Hugo Ibáñez, informó que “mediante este programa se busca que las prácticas que se realicen cumplan con los procedimientos bromatológicos establecidos en las normativas vigentes”.
Ibañez contó además que “existe otra parte del trabajo que tiene que ver con propiciar la Difusión tanto en asociaciones civiles como en las diferentes vecinales, ya que la información es de suma importancia, porque este síndrome es de carácter grave y afecta principalmente a niños, causando daño en los riñones lo que puede derivar en diálisis, trasplante o incluso provocar la muerte”.
Cuando el equipo se apersona en algún comercio – contó Ibañez- “se tiene en cuenta la documentación sanitaria, la indumentaria de trabajo, el estado de los sanitarios, el estado de las picadoras y las sierras, los procesos de elaboración que efectúan, las condiciones del equipamiento de refrigeración y las evaluaciones de los riesgos”, precisó el funcionario municipal.
“Otro aspecto de la política de prevención del Síndrome Urémico Hemolítico es recorrer los comedores, porque la carnicería es un solo un eslabón en la cadena alimenticia. Nosotros estamos trabajando en la parte de abasto, evaluamos, por ejemplo con qué calidad de higiene ingresan los productos cárnicos a Rawson. También nos relacionamos con los consumidores, entre quienes fomentamos la toma de conciencia de sus prácticas y, además incluimos en el programa a los comedores infantiles”, indicó Ibáñez.
“En Rawson asistimos a aproximadamente a unos mil niños, que están edad escolar. A ellos se les brinda el almuerzo en las instituciones escolares, por eso realizamos un trabajo de concientización con quienes son los manipuladores de los alimentos”.