Si bien para la cuenca San Jorge siempre es mejor que la tendencia del petróleo sea a la suba y no a la baja, la contra cara de la moneda es el impacto de esas subas, que ya acumulan 35% en lo que va del año, sobre los combustibles del país. Las petroleras ya dejan trascender que en mayo deberían subir combustibles en un 10%, aunque se espera que la petrolera YPF, con mayoría estatal en su composición accionaria, regule nuevamente ese impacto como ocurrió el mes pasado, cuando quedó en el 4,5%.
Según empieza a trascender en medios nacionales, con acceso a fuentes de las compañías petroleras que conducen el mercado energético del país, solamente por la suba del dólar en abril los precios acumularían un retraso del 7%, a lo que se suma el incremento del precio del crudo, que cerró este martes en 74 dólares por barril para el tipo Brent, que se toma como referencia en nuestro país.
Las proyecciones para el mercado internacional auguran que el precio del petróleo continuará en alza a partir de la combinación esencial de dos factores: el recorte de producción acordado por la OPEP a principios de este año, para frenar la caída que se produjo en los últimos dos meses de 2018; y la reciente decisión de Estados Unidos para restablecer sanciones a países que compren petróleo a Irán, lo que de hecho implica un nuevo y fuerte recorte sobre la oferta. A ello se suma también la endeble situación de otro jugador importante en el mundo petrolero, como es el caso de Venezuela.
El petróleo tipo Brent arrancó el año en torno a los 75 dólares, por lo que lleva un recupero superior al 35% en lo que va del año. Sin embargo, parte de esa suba ya ha sido cargada al precio de los combustibles, que ha subido en forma secuencial todos los meses, acumulando en lo que va del año un 10%.
En mayo, cuando el gobierno de Mauricio Macri apunta a lanzar su plan de “precios esenciales” en procura de atenuar en algo la inflación, la suba de los combustibles será una pésima noticia. Por eso se especula que YPF podría regular el impacto, como lo hizo en abril, cuando Raizen (Shell) subió casi un 10%, pero luego retrocedió a menos de la mitad para equipar con la suba que había marcado la petrolera semi estatal, que fijó el tope en un 4,5%.
La semana próxima, ese podría ser el monto de incremento mínimo sobre las naftas y el gasoil.
ADN Sur