Consideran que es muy probable que cualquier acuerdo de deuda probablemente se suspenda si finalmente Alberto Fernández se impone en octubre.
Algunos de los mayores acreedores internacionales de Argentina, incluyendo T Rowe Price, Eaton Vance y GMO, mantuvieron conversaciones informales esta semana sobre cómo responder al plan del presidente Mauricio Macri de demorar el pago de deudas por u$s 101.000 millones, indicó el sitio Financial Times.
Los bonistas se comunicaron el martes y discutieron estrategias. La opinión general es que cualquier acuerdo de deuda probablemente se suspenda, a menos que cuente con el aval del candidato presidencial peronista Alberto Fernández, según uno de los participantes de esa llamada en conferencia. Además, el gobierno de Macri todavía no presentó ningún tipo de propuesta de reestructuración.
Los acreedores determinaron que no tiene sentido iniciar negociaciones ni tampoco formar una comisión formal con representación legal.
En cambio, durante lo que un inversor llamó «modo espera», los bonistas se están concentrando en establecer canales de comunicación con el equipo de Fernández y en contactarse directamente con el FMI, mientras todo el tiempo comparten información entre ellos.
«No tenemos ninguna claridad» sostuvo un acreedor que habló de manera anónima. «Asumir una postura en este momento sería estúpido», agregó ante una consulta del citado matutino.
Si bien los titulares de bonos no están listos para organizarse en este momento, recalcaron que el plan de Macri de manejar la deuda local de corto plazo probablemente no brinde mucho más que un breve alivio.
«Postergar los bonos seis meses en realidad no resuelve nada», dijo Mike Conelious, un gestor de carteras de T Rowe Price que participó de la comunicación telefónica, agregando que la situación ideal sería que los equipos de Macri y Fernández presten su apoyo a un plan de mayor envergadura. «Lo que se contempló hasta ahora localmente es a muy corto plazo y es necesario que sea mucho más integral».
El caos del mercado y el anuncio del gobierno de un «reperfilamiento» de deuda llevaron a las agencias calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch Ratings a emitir un reporte de «default selectivo» y de «default restrictivo» respectivamente.
Sin embargo, esas designaciones de cesación de pagos fueron levantadas enseguida porque el gobierno inmediatamente demoró por decreto presidencial los pagos que debía de los bonos a corto plazo.
Dado que el país todavía no se encuentra en cesación de pagos en lo que respecta a sus deudas externas y que el vacío político se prolongará hasta la elección de octubre, los bonistas recalcaron que podría transcurrir algún tiempo antes de que se pueda hacer un verdadero avance.
«Los mercados van a necesitar detalles para avanzar de manera significativa», aseguró un acreedor, informó IProfesional.