La exsubdirectora Gerente del FMI durante el crack del 2001, Anne Krueger, opinó sobre la actual crisis que padece la economía argentina y evaluó: «La Argentina es ese hombre que gasta y regula excesivamente de manera crónica hasta que se ve obligado a ir al Fondo Monetario Internacional para una nueva ronda de tratamiento», y consideró que «los candidatos deben comprometerse a reformas serias, o el médico puede decidir desconectarlo».
En su análisis, Krueger trazó una comparación entre un hombre que tuvo una vida desenfrenada y que debe ir al médico para tratar una enfermedad. Ante esta situación, el médico (el FMI) le receta antibióticos durante diez días y le aconseja a su paciente cuidarse. Sin embargo, según su evaluación, la Argentian después de tomar durante tres días las píldoras se siente mucho mejor, «pero encuentra la vida tranquila muy penosa, por lo que decide dejar de tomar la medicina y redoblar la apuesta con el libertinaje».
«La Argentina es ese hombre que gasta y regula excesivamente de manera crónica hasta que se ve obligado a ir al Fondo Monetario Internacional para una nueva ronda de tratamiento», remarcó.
La economista afirmó que el presidente Macri «sabía que había heredado una economía enferma cuando asumió en 2015, pero falló en tomar su medicina. Como resultado, el país ahora no tiene más remedio que enfrentar un período de doloroso ajuste estructural», indicó Krueger en su columna publicada en Proyect Syndicate.
Krueger comenzó analizando la situación de la economía argentina desde 2001 cuando el país «sufrió una crisis importante y tuvo que pedir prestado al exterior para cubrir los gastos del Gobierno. Con un déficit en cuenta corriente superior al 5% del PBI y su moneda vinculada al dólar estadounidense, sus políticas estructurales demostraron ser insostenibles, necesitaba el apoyo del FMI solo para cubrir sus gastos del momento y no le quedaban recursos para saldar las deudas».
A su vez, enfatizó en que la «reestructuración de la deuda fue desordenada, y las políticas para abordar sus problemas estructurales subyacentes se llevaron a cabo a medias o ni siquiera se emprendieron». Además, agregó que «el gasto público consolidado aumentó de un mínimo del 22,9% del PBI en 2002 al 30,1% del PBI en 2008 y finalmente al 42,2% en 2015».
La exdirectora del FMI consideró que el repunte en la economía argentina del 2013 se debió a los «varios años de políticas económicas relativamente restrictivas aplicadas por los gobiernos peronistas de los presidentes Néstor Kirchner y su sucesora Cristina Fernández de Kirchner». Sin embargo, también puntualizó que «este auge se vio opacado por los controles de precios y la falta de cifras precisas de inflación por parte de las agencias estatales».
Ante este «relajo», Krueger sostuvo que «aumentaron los gastos del gobierno y el déficit fiscal, y volvieron los problemas de Argentina: se impusieron nuevamente controles de capital para frenar la fuga de capitales y el tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense se depreció de 3,90 a fines de 2010 hasta llegar a 8,50 en 2014, los problemas estructurales abundaban».
Según la economista, «Macri heredó un desastre absoluto en 2015», debido a que «las tasas de interés reales altas y crecientes atraían entradas de capital para financiar el gobierno y los déficit de cuenta corrientes, la inflación era alta y la tasa de crecimiento era baja».
Krueger indicó que el Gobierno de Cambiemos cumplió con la eliminación de los controles de capital y un tipo de cambio flotante, pero la reducción fiscal y precios de servicios públicos realistas «se retrasaron para mantener el apoyo público». Es por esto que el déficit fiscal aumentó durante el primer año de Macri y «otras reformas resultaron insuficientes para estabilizar la economía».
Sobre la crisis económica de principios de 2018, la exfuncionaria del FMI consideró que «si bien el gasto público había disminuido ligeramente hasta el 40,4% del PBI, la deuda gubernamental en dólares había aumentado un 80%». Este contexto se agravó ya que «la sequía redujo la producción, la tasa de inflación se había disparado a más del 40% y el PBI real había disminuido en un 2,5% y el Banco Central abandonó su marco de metas de inflación debilitando aún más la confianza en las políticas del gobierno», así lo informó el diario TN.
En este marco, la Argentina «regresó al médico» y «el FMI aprobó un programa de préstamos de 50 mil millones de dólares, el más grande en la historia del Fondo». El Gobierno, según su visión, desaprovechó la oportunidad de cambiar las cosas, reduciendo la inflación y reiniciando el crecimiento. Pero «Macri sufrió una derrota simbólica en las elecciones primarias de ese país el mes pasado, lo que sugiere fuertemente que será expulsado por el peronismo el próximo mes en las elecciones presidenciales».
Y dejó un consejo para los candidatos presidenciales: «La única forma de evitar una profundización de la crisis antes del 27 de octubre es que los candidatos se comprometan a realizar reformas serias luego de los comicios». Krueger advirtió que «la crisis de Argentina exige la continuación de medidas fiscales, monetarias y cambiarias descriptas en el programa del Fondo Monetario, pero que más allá de eso el país necesita reformas estructurales, una mayor reducción en el tamaño del sector gubernamental, comenzando con las pensiones y jubilaciones».
Krueger señaló que el gradualismo «solo prolongará el dolor y permitirá que aumente la oposición política. Si el paciente toma el medicamento pero continúa de fiesta, puede disfrutar de unos años de estabilidad, pero inevitablemente terminará en el consultorio del médico», y cerró con que si no hay reformas serias y profundas «el médico puede decidir desconectarlo».
La respuesta de Nielsen
El economista asesor de Alberto Fernández y ex secretario de Finanzas entre 2002 y 2005, Guillermo Nielsen salió a cruzar desde su cuenta de Twitter el panorama que trazó Krueger: «Lo mal que estamos para que Anne Krueger vuelva a opinar, con su sesgo de siempre, sobre Argentina. Nadie en el mundo puede creer la ineptitud del gobierno de Macri y de sus economistas que nos volvieron a llevar a una crisis económica profunda», sostuvo.