Está en Corea del Norte, se llama Ryugyong, mide 330 metros de altura, tiene 105 pisos y 3.000 habitaciones. Costó 2.500 millones de dólares y sigue sin tener visitantes.
Este hotel puede sumar varias récords. Es uno de los 50 edificios más altos del mundo, uno de los diez albergues con más pisos del mundo (105) y lleva 32 años sin tener un cliente.
El Hotel Ryugyong fue planeado para ser la joya de la corona de Corea del Norte, y se convirtió en una maldición. Se empezó a construir en 1987, cuando el líder del país era Kim Il-sung, el abuelo del actual mandamás, Kim Jong – Un. La idea era que se abriera en 1989 y se pudiera mostrar al mundo como un diamante arquitectónico. Pero los problemas económicos comenzaron y la gran crisis económica de 1991 junto a la caída de la URSS hizo que la construcción del edificio se parara.
El hotel en plena construcción. Comenzó en 1987.
El hotel Ryugyong (significa La Ciudad de los Sauces) , era uno obsesión para los líderes norcoreanos. Pero las obsesiones necesitan dinero. Y con la estructura completa, lo que faltaba era terminarlo. ¿Cómo explicarle a los 25 millones de norcoreanos que en los años ’90 no tenían para comer, que había que terminar ese monstruo gigantesco? Entre 1990 y el 2000, unos tres millones de norcoreanos murieron de hambre.
Así quedó hasta 2008, cuando el gigantesco edificio abandonado, recibió nuevos obreros. Para los gobernantes norcoreanos era una vergüenza no poder concluir su estructura más promocionada.
Una empresa egipcia de telecomunicaciones, la Orascom, que tiene buenos vínculos y oficinas en Corea del Norte, decidió terminar la construcción. Además de las 3.000 habitaciones, los 8 restaurantes giratorios y algunos casinos y clubes nocturnos, los egipcios se hacían cargos de otras innovaciones revolucionarias.
Una vista del interior del hotel, en el piso 105.
Orascom puso 400 millones de dólares para terminar el hotel, a cambio de montar la infraestructura móvil del país. Gastaron 180 millones de dólares en cubrir a todo el hotel de un cristal de espejo color azul. El hotel Ryugyong parecía un edificio de verdad. Sólo por fuera. Por dentro seguía vacío. Un cascarón sin contenido.
Vista aérea del hotel.
La revista Esquire declaró al hotel como «El peor edificio de la historia de la humanidad». Y encima cerrado. Pero en 2018, el líder King Jong-un puso en marcha una campaña de propaganda para anunciar la apertura del hotel, aunque el edificio no cuenta con servicio de electricidad.
Pero Kim decidió adornarlo con más de 100.000 luces led que durante varias horas todas las noches transmiten propaganda y la bandera norcoreana de 40 metros en el cono superior.
Es uno de los 50 edificios más altos del mundo. Y en la capital norcoreana es posible verlo desde cualquier punto.
Muchos creen que Kim Jong-un tiene dos fechas en mente para inaugurar el mayor edificio de su nación. Podría ser el 30 de diciembre de este año, cuando cumpla ocho años en el poder. O el 8 de enero del próximo año, cuando el líder cuando cumpla 36 años de edad. Será cuando ese hotel maldito lleve 32 años en pie y sin ningún cliente registrado en su larga historia.