Un tribunal de San Isidro dictó la tarde de este viernes veredicto condenatorio para los dos hermanastros acusados de haber matado a sus padres en 2015 en el partido bonaerense de Pilar y difirió para noviembre la audiencia en la que fijará la pena que se les aplicará, informaron fuentes judiciales.
La resolución alcanzó a Leandro Yamil Acosta (29) y Karen Daniela Klein (25), quienes fueron hallados responsables del homicidio de Miryam Esther Kowalczuk (52), madre del joven, y de Ricardo Ignacio Klein (54), padre de la chica.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de San Isidro, integrado por los jueces María Coelho, Alberto Gaig y Federico Ecke, quienes fijaron para el 21 de noviembre a las 13 la audiencia en la que se impondrá el delito y la pena a los condenados.
Además, resolvieron convertir en prisión preventiva la detención que venía cumpliendo desde el miércoles último Klein, cuando la fiscalía pidió que sea apresada.
Es que ambos habían llegado a juicio oral acusados del delito de «homicidio agravado por el vínculo», pero mientras Acosta estaba en prisión desde la instrucción del caso, Klein estuvo todo este tiempo con una falta de méritos y en libertad.
«Este veredicto es una falta de respeto porque con tanta prueba que había para ser analizada, todo se resolvió en veinte minutos y este caso merece un estudio superior ya que estamos hablando de una condena a prisión perpetua», aseguró el abogado Rómulo Miño, defensor de Klein.
Agregó que «esto dejó la sensación de que tenían todo resuelto de antemano y la administración de justicia debe ser algo más serio».
La jornada comenzó esta mañana con los alegatos de la fiscal Laura Zyseskind, quien solicitó que se condene a los jóvenes a prisión perpetua por «homicidio agravado por el vínculo y alevosía».
La fiscal dio por probado que, cumpliendo distintos roles y con una planificación previa, ambos cometieron el doble parricidio el 2 de septiembre de 2015 cuando sus hermanos mellizos, por entonces de 11 años, no estaban en la casa porque Kowalczuk los había llevado al colegio.
Según se dio por acreditado, Acosta y Klein mataron a tiros a sus padres, al hombre cuando estaba en su cama y a la mujer cuando llegó de la escuela, y después incineraron los cuerpos haciendo varias fogatas.
Por su parte, el abogado defensor de Klein había reclamado la absolución de su clienta luego de trazar un paralelismo entre lo que declaró Acosta el miércoles, que a su entender fue «falso», y lo que había dicho Karen en la instrucción de la causa, ya que durante el juicio se negó a ser interrogada.
Hace dos días, Acosta confesó por primera vez que había asesinado a su padrastro de un disparo, pero dijo que su hermanastra mató a su madre luego de que él dejara el arma sobre una mesa.
En tanto, si bien no declaró en el debate, Karen siempre sostuvo que ella sólo fue testigo de los crímenes de sus padres y que si no había denunciado nada era porque estaba amenazada por Acosta.
Por su parte, el defensor oficial de Acosta, Marcelo Rodríguez Jordán, también había pedido su absolución al afirmar, por un lado, que no estaba probada su participación en el hecho, y por otro que, en caso de que haya sido uno de los autores, las pericias psicológicas y psiquiátricas establecieron que «no comprendía la criminalidad de sus actos».
Sobre este punto, una psiquiatra del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) declaró ayer que el joven es imputable, es decir entendió el hecho que cometió; otra médica de la asesoria pericial aseguró lo contrario y un tercer profesional del Hospital Austral sólo describió que hace algunos años lo atendió, pero que como abandonó el tratamiento, no podía pronunciarse al respecto.
Además, ambos defensores coincidieron en que la fiscal no precisó claramente qué rol cumplió cada uno de los imputados en los crímenes.
El hecho que se juzga fue descubierto el 13 de septiembre de 2015, cuando a raíz de una denuncia por paradero, la Policía allanó la casa familiar situada en Sarratea 2726 de la localidad de Manuel Alberti, en Pilar, y allí encontró restos humanos quemados de Klein y Kowalczuk.
Luego, en un baldío situado a ocho cuadras de la casa, se hallaron 16 bolsas con cenizas, huesos y más restos calcinados.