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Un nuevo homicidio sacudió a la ciudad de Esquel y estaría relacionado profundamente con el asesinato de Federico Copponi, cometido en junio del 2023. En este caso la víctima fue Alejandro Ernesto Olenik, quien habría sido asesinado con el único objetivo de desviar la investigación del primer delito mencionado y desligar así al único imputado en la causa.

La investigación, expresaron desde el Ministerio Público Fiscal, evidencia una trama oscura y entrelazada. De acuerdo a la hipótesis del equipo de fiscalía, encabezado por la fiscal María Bottini, la autora de este crimen es la madre del único acusado por el homicidio de Federico Copponi. La acusada “eligió a una víctima sumamente vulnerable, que confiaba en ella, para desvincular a su hijo”, afirmaron. A su vez, los investigadores verificaron por el momento que Olenik no tendría vínculo alguno con Copponi y su entorno.

El homicidio de Olenik

El pasado 18 de septiembre a las 12 horas, el personal de la Comisaría Distrito Primera de Esquel respondió a un llamado que solicitaba presencia policial en el edificio AJURPE de calle O’Higgins 1021. Cuando llegaron, constataron el fallecimiento de un hombre de 36 años que se había alojado allí, a quien luego lograron identificar como Ernesto Alejandro Olenik.

Sobre la mesa de luz de la habitación había un sobre con una carta que cerraba con el nombre de la víctima y su número de CUIT. En el manuscrito, Olenik “confesaba” su autoría en el homicidio de Federico Copponi y decía que por ese motivo había decidido quitarse la vida. Dos cartas similares se enviaron a la abogada defensora del imputado, Sáenz de Zumarán, y al abogado de la querella.

De acuerdo a las pericias, el cuerpo no presentaba signos de violencia; solo había un hematoma en un antebrazo que podría corresponderse con una inyección. Durante la autopsia fueron tomadas diferentes muestras biológicas cuyo posterior análisis de laboratorio arrojó la presencia de una droga de uso tópico que al ingerirse resulta mortal.

Los primeros pasos de la investigación

Los investigadores pudieron reconstruir el derrotero de Olenik desde el momento en que contactó a la persona que le alquiló esa habitación por una noche. A la misma ingresó acompañado por una mujer. El análisis de diferentes cámaras de seguridad y la entrevista a taxistas, permitió identificar a quién sería su acompañante: la madre del imputado por el crimen de Copponi. «Olenik y la mujer tenían un vínculo desde hacía tiempo, laboral y de amistad o íntimo», detallaron desde la Fiscalía.

Con esta evidencia se procedió a allanar la vivienda de la mujer, en donde se encontraron frascos con la misma droga hallada en el cuerpo de Olenik. Durante las diligencias se secuestraron otros elementos de interés para la causa.

Los investigadores también analizaron la carta encontrada junto al cuerpo. Esta pericia demostró que la letra no se corresponde con la de otros escritos de Olenik, como tampoco la forma de escritura, ni su firma. Además, los datos que ofrece esa carta son precisos, hacen referencia a datos obtenidos por la investigación y expuestos en audiencias. El escrito estaba fechado unos días previos al hallazgo del cuerpo, el 14 de septiembre. Un día después, el 15, la mujer imputada fue a visitar a su hijo a la Comisaría. Tres días después, el 18 de septiembre, fue hallado el cuerpo de Olenik.

Por todo esto, la fiscal Bottini sostuvo que por el contexto que involucra al caso Copponi y puntualmente a un aparato de telefonía celular de ese hecho, develado adrede en la carta que no sería de puño y letra de Olenik, da fuerza a lo que podría ser una escena montada de autoincriminación.

Durante la audiencia realizada contra la imputada, se dispuso su prisión preventiva por un plazo de seis meses. La decisión del juez Martín O’Connor fue revisada a pedido de la defensora particular Nelly García. El tribunal revisor estuvo compuesto por dos jueces de otra jurisdicción que confirmaron la medida de coerción.

Luego de realizarse  la audiencia denominada “voir dire” en la que finalmente se determinaron las personas que conformarían el jurado popular, en las primeras horas de la tarde dio inicio el nuevo juicio por jurados, el primero que se realiza en Trelew, en la sede de la Asociación de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial, ubicada en la calle Pellegrini al 1100 de esa ciudad.

Cerca de las 14,30 hizo su ingreso la jueza María Tolomei con la presencia de las partes:

El Ministerio Público Fiscal con un equipo integrado por la fiscal general Mariana Millapi, acompañada de la procuradora de fiscalía Guadalupe Serafini y la abogada administrativa Rocío Marileo.

La defensa la ejerce Gilda Acomazo junto a Miriam Roldán, en representación de Elida Viviana Antenado.

En primer término la magistrada hizo ingresar al jurado constituido por doce personas, seis mujeres y seis hombres, estando también seleccionados dos suplentes por cualquier eventualidad.

Tolomei leyó las instrucciones que les caben como requisitos para ser jurado, enfatizando en la necesidad de preservar el secreto de todo lo que se produzca durante el debate, sin dar a conocer ni interiorizarse de pormenores por otros medios.

El jurado deberá dar un veredicto cuando finalicen la presentación de las pruebas y se escuchen los alegatos finales, deliberando por el término no menor a dos horas para dar a conocer la decisión.

En su presentación inicial, la fiscal Mariana Millapi se acercó al estrado y dirigiéndose al jurado expresó que desde la fiscalía se tiene la certeza de lo sucedido entre la noche del 6 de mayo y la madrugada del día siguiente del año pasado.

En esa oportunidad se juntaron dos amigos junto a la acusada y su pareja Fabián Pereyra, en el domicilio de los últimos ubicado en un barrio de nuestra ciudad, procediendo a compartir bebidas en forma abundante y también un churrasco, denominando así a la carne, pollo y chorizos que cocinaron al horno.

Todo fue desarrollándose hasta la madrugada, cuando los dos visitantes se habían retirado, cerca de las 5 de la madrugada Elida Antenado le aplicó una puñalada al hombre que afectó riñón e hígado.

Aún herido, quien resultó víctima salió a pedir ayuda a casa de su vecino, en momentos que regresaba por más bebidas uno de los visitantes, y fue en la vivienda lindera donde intentaron ayudarlo, pero una vez trasladado al hospital, perdió la vida a las 5,40 aproximadamente, del día 7 de mayo.

Destacó la fiscal que durante el juicio podrá escucharse a testigos que confirman el episodio y también se ahondará sobre la personalidad de Pereyra, un changarín que trabajaba para sostener cuatro hijos. Señaló que Fabián no puede contar lo que pasó, por eso la fiscalía se constituye en la voz de la víctima y pidió que una vez expuestas las pruebas se declare culpable a la acusada por homicidio agravado por el vínculo.

En tanto, la defensora Acomazo dijo que no objetaba el resultado de lo sucedido aquel día, en cuanto a la hora y la forma, pero recalcó que su clienta es inocente, y contó la versión de los hechos indicando que habían bebido mucho, y eran varias las personas que entraban y salían.

De tanto beber, la mujer se habría dormido y cuando despertó se encontró con el hecho consumado, consignó una gacetilla de la Fiscalía.

Después de los alegatos, la jueza María Tolomei pidió al jurado que se retire, ya que el juicio, enmarcado en la Ley XV Número 30, continuará este martes desde las 9 en la misma sala, ya con la convocatoria de testigos, estimándose que el próximo jueves podría completarse el plexo probatorio, tras lo cuál el jurado podría comenzar a deliberar.

 

El agente fiscal Leonardo Palacios murió tras asistir a «una audiencia de juicio contra dos procesados por asesinato», mientras conducía, momento en que fue interceptado por hombres que abrieron fuego.

Las autoridades han reunido más de 40 indicios balísticos en el lugar del crimen.

Jorge Hadathy, jefe policial de Durán, precisó a periodistas que en el auto se encontraba una secretaria de la fiscalía, quien resultó ilesa.

El crimen del fiscal se produce el mismo día que la fiscal general del Estado, Diana Salazar, recibió amenazas de muerte a través de un video enviado por Whatsapp y que fue divulgado por medios locales.

En él aparecen al menos seis personas armadas con fusiles y vestidas de negro y con gorras que tapan sus rostros.

«Ya vas a cumplir años, no quiero arruinar tu fiesta matándote a tu hija», dice la voz de hombre en el video que recibió la fiscal.

Mientras los hombres armados apuntan sus fusiles contra el suelo, también se escucha:

«Si no te vas por las buenas, te vas por las malas y por las malas te mando a festejar al infierno».

Ecuador enfrenta un aumento de la violencia criminal y el narcotráfico, con una tasa de homicidios de 25 por cada 100.000 habitantes.

El año pasado dos fiscales y un juez fueron asesinados a balazos en diferentes partes del país.

Tras la denuncia de las amenazas de muerte contra Salazar, el Ministerio del Interior ordenó reforzar la seguridad de la funcionaria conocida por haber procesado por corrupción al expresidente Rafael Correa (20072017).

El vecino de Lago Puelo, Chubut, fue asesinado en su casa en un operativo policial en 2021 y la investigación todavía sigue abierta. La insistencia de su pareja para que no gane el olvido. El rol del periodismo y de la política.

“De golpe, se abrió la  puerta y entraron como 20 personas con casco, con fusiles, armas, bombas lacrimógenas, a los gritos. Tino se fue para arriba. Yo le agarré la mano y me dijo ‘quédate ahí’. Los tipos gritaban (…) Me agarraron y se fueron para arriba; me pusieron en el living y me ataron con precintos. Me tiraron los brazos para atrás, la nuca para abajo y me precintaron. Y ahí se escuchaban balas… y de golpe se escuchó silencio”.

Así relató Claudia Costa Basso, en una de sus intervenciones públicas, los instantes finales de Alejandro Tino John (62), pareja con quien convivía en Lago Pueblo (Chubut). Hace dos años, el 27 de mayo de 2021, un operativo realizado por el Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) de la Policía de Chubut en su vivienda del paraje Las Golondrinas tuvo como desenlace un crimen todavía impune.

Tino tenía problemas de salud mental y desde un principio se denunció públicamente que no sé respetaron los protocolos necesarios de participación de personal médico, ni se intentó mediación alguna para evitar entrar a los tiros. La hipótesis planteada por el ministro de Seguridad chubutense de entonces, Federico Massoni, fue que la Policía había tenido un enfrentamiento en el domicilio: “Se encuentra con una persona que abre fuego contra ellos y no quedó otra alternativa que neutralizar esta amenaza para los efectivos y para terceros”. La neutralización dejó un muerto.

“Quiero recordarle a la gente que no se hizo justicia todavía”, dice hoy Claudia, quien junto a lxs hijxs de Tino lleva adelante la querella judicial de una causa que avanza lentamente. La semana pasada hubo una nueva pericia en la casa donde se produjo el asesinato. “Fue muy duro volver”, se sincera.

«Se cumplen 40 años de democracia y miles de familiares de todo el país debemos estar rogando justicia por nuestros seres queridos asesinados por el Estado, ¿y aún hablan de democracia?»

Justicia se busca

Claudia convive con la ausencia y también con la búsqueda de justicia. “El otro día un quiosquero acá, en El Bolsón, que no conoció a Tino pero supo lo ocurrido, me reconoció a mí, tristemente. Me dice: ‘¿Por qué está todo tan callado? ¿El Estado asesinó a un poblador y no pasa nada? ¿No hay noticias sobre la causa por el asesinato de Tino?’. Yo le respondí que lo único que hago es publicar todos los días en mi Facebook, a veces en Twitter e Instagram, publico cada mes en la Clic (revista local de clasificados), cada 27 hago un video y lo viralizo… es lo que está a mi alcance en relación a publicitar. Por supuesto, soy querellante y estoy siguiendo activamente con mis abogados la causa penal. Siento que la sociedad miró para otro lado, la mayoría se olvidó que Tino fue asesinado. Yo ahora voy personalmente a las audiencias en Esquel, aunque las hagan por Zoom”.

Graciela y Silvino viajaron al casamiento de un primo del joven asesinado en 2020. Tras este motivo, la mujer compartió una emotiva reflexión en su cuenta de Instagram, recibiendo el apoyo de los usuarios.

Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando, el joven asesinado a golpes por los rugbiers en 2020, viajaron a Paraguay, para estar presentes en un casamiento familiar. Se trata de uno de sus sobrinos -quien sería primo de Fernando- y una de las casualidades es que lleva el mismo nombre. Además, habría nacido el mismo día que el joven fallecido.

Por este motivo y en el marco de la celebración, la mamá de Fernando Báez Sosa, compartió una emotiva reflexión en redes sociales.

“En el casamiento de Luis Fernando y Cinthia, en Paraguay, primo de mi hijo. Nació el mismo día que Fer y también lleva el mismo nombre. Cuesta estar presente, pero lo hicimos. Nosotros nunca veremos casado a nuestro hijo. Lo extraño mucho”, reveló Graciela Sosa.

El apoyo de las personas

Tras su posteo en Instagram, la publicación se llenó de cálidos comentarios.

Sé que solo ustedes saben el dolor que llevan dentro, y que cada día es un desafío, pero traten de vivir lo más plenamente que se pueda con éste dolor que llevan a cuesta, vivan y disfruten como le gustaría a Fer verlos”, comentó una mujer. “Seguro Fer está orgulloso de ustedes de lo grandes y admirables personas que son. El los cuida”, agregó otra.

Asimismo, Facundo Améndola, abogado e integrante del equipo de Fernando Burlando, agregó: “Los quierooo”, junto al emoji de un corazón.

El fallo del tribunal determinó el monto exacto que percibirá cada uno de los representantes de la familia de la víctima.

Cámaras de seguridad registraron los movimientos de la madre del nene de 5 años y su pareja tras la feroz golpiza. La mentira de un supuesto robo, la autopsia, los chats de WhatsApp, abusos sexuales y más mentiras, el decálogo de un asesinato cruel.

El próximo 2 de febrero, a las 12, los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora darán a conocer el veredicto con respecto al asesinato de Lucio Dupuy. Su madre, Magdalena Espósito, y la novia, Abigaíl Páez, son las principales acusadas y enfrentan la posibilidad de una prisión perpetua. Las chances de que sean condenadas son sumamente altas por la cantidad de pruebas que se presentaron durante el juicio oral que finalizó en diciembre del año pasado.

LOS ULTIMOS MINUTOS DE LUCIO

El viernes 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa, la madrastra de Lucio, Abigail Páez, salió de su casa, ubicada en Allan Kardec 2385, con Lucio en brazos a las 21.26. Así lo muestra la cámara de seguridad de una vecina.

Se dirigió a la posta sanitaria del barrio Río Atuel: estaba cerrada. La mujer acudió, entonces, a policías apostados en la sede la Unidad Regional de la capital pampeana, frente a la salita. Los efectivos se negaron a atenderlo y a trasladarlo.

La gravedad del estado de salud de Lucio era evidente. Ante la negativa de la policía, vecinos le hicieron reanimación: hizo una arcada, cuando lo atendió una mujer, una enfermera profesional. Otros vecinos lo llevaron al hospital Evita, según reveló Clarín.

Llegaron poco después de las 21.30 al centro de salud, donde el médico Hugo Argüello recibió al niño. Tenía vómito y sangre en la boca, un gran moretón en el glúteo derecho y golpes por todo el cuerpo. Intentó reanimarlo, pero ya era tarde. Argüello certificó la muerte a las 21.45. Es decir, 19 minutos desde que Páez salió de su casa cargando al niño.

Cuando le informaron que Lucio murió, Páez fue a buscar a Espósito a su trabajo: las cámaras la registraron en el hotel Casino Club -donde trabajaba la madre de Lucio- a las 21.59. Había entrado a trabajar a las 19.57. Ambas fueron al hospital Evita y fueron detenidas horas más tarde, la madrugada del 27 de noviembre, en la propiedad en la que vivían con el menor.

Cuando la Policía llegó al lugar había un televisor tirado en la cama y la ropa revuelta. Se trataba de una escena preparada, confirmó la investigación. La acusación sostiene que Páez y Esposito Valenti, entre las 17:30 y las 19:40 del viernes 26 de noviembre de 2021 agredieron físicamente y sexualmente a Lucio. La autopsia evidencia la atrocidad de la paliza a la que sometieron a Lucio.

AUTOPSIA

La más importante, quizás, de las pruebas presentadas en el juicio fue la autopsia. Estuvo expuesta por Juan Carlos Toulouse, el médico que realizó el estudio del cuerpo de Lucio, en la cuarta audiencia del debate oral.

Ante los magistrados, Toulouse reafirmó que el niño falleció a causa de una ‘feroz golpiza’ y que presentaba ‘lesiones en varias partes del cuerpo’, según informaron fuentes judiciales.

Aseguró que había sido víctima de abusos sexuales ‘recientes y de vieja data’, al mismo tiempo que presentaba ‘un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días’”.

“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte”, según la autopsia presentada en la causa. Lucio murió a raíz de una hemorragia interna provocada por una paliza. Además de los signos de abuso, presentó quemaduras y mordidas.

El documento de autopsia también evidenció que, al igual que Fernando Baéz Sosa, Lucio tenía la suela de una zapatilla marcada en la espalda. Gracias a una pericia scopométrica, se determinó que el calzado le pertenecía a Abigaíl Páez, la novia de la madre.

“Abigail Páez lo pisó con tanta fuerza en su espaldita que, probablemente, le reventó el corazón junto a distintos órganos”, revelaron los médicos que hablaron en el juicio.

ABUSO SEXUAL

Uno de los puntos más aberrantes expuestos en el juicio, tuvo que ver con el abuso sexual que sufrió Lucio. Su cuerpo evidenciaba, según los especialistas, “signos compatibles con abuso sexual”. Pero no fue lo único.

En el allanamiento realizado a la casa de la imputadas, ubicada sobre la calle Allan Kardec de Santa Rosa, luego del asesinato se secuestraron distintos elementos. Además de la ropa de la víctima y las acusadas, los investigadores se llevaron una serie de juguetes sexuales.

Los estudios de ADN posteriores sobre esos elementos arrojaron que contenían rastros genéticos de la madre del nene y su novia, pero, además, de Lucio.

CHATS

Tal como reveló Infobae, las conversaciones que tuvieron las imputadas, entre ellas, a través de WhatsApp los meses previos al asesinato se convirtieron en una prueba esencial. Básicamente porque allí relataban los castigos que le propinaban al nene.

“Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”, fue uno de los mensajes que le mando la mamá de Lucio a su novia cuando faltaban pocos días para el homicidio. “Estoy harta. Yo tengo que estar todo el día con este pendejo”, era una respuesta habitual en Abigaíl Páez.

Ante un episodio, de octubre del 2021, en el que Lucio vomitó, las imputadas hablaron entre ellas del castigo que se le aplicó al nene. “¿Cómo le pegaste? Ya van dos veces que vomita”. Luego de eso La novia de la madre escribió: “No lo quiero ni ver a Lucio porque me amarga la vida”.

UNA MENTIRA

El 26 de noviembre por la noche, cuando Lucio Dupuy ya estaba muerto y era llevado por Abigaíl Páez al hospital, la mujer se cruzó con un hombre que intentó ayudarla. Era un vecino de la zona que intentó hacerle RCP al nene. En esa oportunidad, el hombre le preguntó qué había pasado y la novia de la madre le respondió que habían “entrado ladrones” y que le “habían pegado” al chiquito. Por supuesto, era toda una mentira. El testigo luego declaró esa situación ante la justicia. Abigaíl no fue la única que dijo eso, también la progenitora de Lucio, Magdalena Espósito, repitió la misma mentira

Cuando tuvieron oportunidad de declarar en el debate oral, intentaron aclarar esa situación. “Yo nunca dije eso de manera oficial. Se lo dije al hombre que nos ayudó por vergüenza, para no contarle lo que había pasado”, señaló. Por su parte, Magdalena dijo que “ya estando en la comisaría” había escuchado que “alguien mencionó algo de un robo”.

DIBUJOS

Algunos días después del asesinato de Lucio, la fiscalía de instrucción que investigó el caso desde el principio, secuestró los dibujos que el nene había realizado en el colegio y los hizo analizar por especialistas.

Las conclusiones fueron contundentes. Una de las psicólogas, Lorena Roggero, dijo en el juicio que, mediante los dibujos, Lucio “gritaba su dolor”.

La psicóloga explicó que las personas dibujadas, no tenían ojos y que eso tenía que ver con la necesidad de Lucio de “no ver” la violencia familiar que sufría en su casa.

En el mismo sentido, los dibujos de Lucio, en su mayoría, no tenía parte inferior del cuerpo. Estaban dibujados hasta la cintura. Eso, según la especialista, en un signo claro del abuso sexual que sufría.

MAS MENTIRAS

Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez decidieron declarar en el juicio oral. Según cree la fiscalía en base a las pruebas expuestas, mintieron alevosamente.

Entre las dos relataron cómo fue su día y aseguraron que fue una jornada “normal”. También señalaron que a las 19.40, Abigaíl llevó a Magdalena a su trabajo y ambas dejaron sólo a Lucio. “Lo despedí y él todavía estaba con vida”, declaró la madre.

Luego Abigaíl relató que volvió y le dio “unas pataditas en la cola” por un “moco” que se había “mandado Lucio” y que por eso murió.

Para la justicia, esto es lisa y llanamente mentira. Y esa presunción está apoyada, principalmente en la autopsia.

Es que el examen al cuerpo de Lucio arrojó que, en realidad, su muerte se había producido tres horas antes del momento en que lo llevaron al hospital. Por lo tanto, Lucio murió, o por lo menos estaba agonizante, al momento en que su mamá todavía estaba en la casa. Y, desde ya, no por unas “pataditas en la cola”.

Los testimonios en el juicio

Si bien fueron más de cien los testigos que pasaron por la sala de audiencias, entre ellos el papá y los abuelos de Lucio, existieron algunos relatos que llamaron mucho la atención porque desnudaron, aún más, el horror al que estuvo sometido el nene.

Por un lado, una vecina contó que escuchaba los golpes, que llamó a la policía y nadie hizo nada y que, un día, oyó a las acusadas decirse entre ellas: “sacale la ropa y cagalo a palos, dejalo marcado porque lo mato yo”.

Por el otro, las madres de los amiguitos de Lucio contaron cómo quedaban asombradas, cada vez que la víctima era invitada a almorzar, por la cantidad de comida que ingería. “Eso se daba porque Lucio pasaba hambre. Además de todo lo que le hacían, no le daban alimento”, señaló el abogado de los Dupuy, José Mario Aguerrido.

INGRESOS RECURRENTES AL HOSPITAL

Lucio Dupuy entró a distintos hospitales una cantidad de veces insólita para un nene de 5 años. Entre finales del 2020 y su asesinato el 26 de noviembre del 2021, fue atendido decenas de veces. Las causas eran siempre las mismas: golpes y fracturas en su cuerpo. Ningún médico, insólitamente, sospechó nada.

Algunos ejemplos de las atenciones que recibió Lucio. Las fechas marcan la asiduidad con la que lo llevaban su madre y la novia de ella.

El 15 de diciembre del 2020 el chiquito fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en miembro superior. Tres días después, el 18 de diciembre, volvió a ser atendido en el Hospital Molas por Fractura de muñeca y mano.

El 22 de enero ya del 2021, Lucio fue atendido en una posta de salud del barrio Río Ateuel, nuevamente por un traumatismo en uno de sus brazos. El 1 de febrero ingresó otra vez al Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en el cuerpo. Menos de dos meses luego de esa atención, el 23 de marzo, volvió a entrar al Evita, esta vez por deformidad en un dedo a raíz de una fractura ósea. En este último caso, alguien le había tirado el dedo para atrás hasta rompérselo.

Todos estos elementos, y más, son los que por estas horas analizan los jueces que deberán dictar sentencia el 2 de febrero a las 12 del mediodía. Un país entero estará pendiente de esa decisión.

Fuente: Infobae

Silvia Gómez, abuela del nene de 5 años asesinado a golpes en La Pampa, habló a la espera de una sentencia justa.

A la espera de la sentencia por el crimen de Lucio Dupuy – que se conocerá el 2 de febrero – Silvia Gómez, abuela del nene de 5 años asesinado a golpes en Santa Rosa, La Pampa, habló sobre cómo transitan estos días y qué esperan de la Justicia. Por el hecho están acusadas la madre del niño, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Abigail Pérez.

“Estamos expectantes, con todo el dolor. Esperamos la máxima sentencia para estas asesinas, lo que les corresponda”, expresó Silvia y agregó: “Los jueces se tienen que poner la mano en el corazón, rever toda la situación que pasó mi nieto y que les den la pena máxima y, por supuesto, que las separen. Eso es lo que queremos”.

La abuela de Lucio se refirió a las declaraciones de las acusadas Magdalena Espósito Valenti y Abigail Pérez durante el juicio y sostuvo: “No les creo nada. Te da impotencia porque hablan mentiras desde siempre, son excusas. Que Lucio las había perdonado, que Lucio era feliz… Lucio no era feliz con ellas si hacía tanto tiempo que lo venían masacrando a palos”.

“En estos días pienso en todo lo que nos enteramos después, de lo que pasó Lucio, y dentro del juicio, todas las verdades que salen. El dolor y la impotencia es mucha. No veíamos seguido a Lucio pero cuando estaba con nosotros él estaba feliz, corría, jugaba, tiene sus juguetes acá. Le preguntábamos ‘¿Lucio estás feliz?’, ‘Si abuela estoy feliz’. No entendíamos que su felicidad consistía en estar con nosotros, que puertas adentro pasaba un infierno”, contó Silvia a C5N.

La abuela del nene asesinado contó que “en el año y tres meses que se lo llevó (su mamá) lo hemos visto dos o tres veces”. Y recordó: “Lucio era feliz. Nunca nos demostró nada, no nos dijo nada, nunca vimos nada cuando venía para acá. Seguramente estaba trabajado psicológicamente y amenazado para que no dijera nada. Jugaba con su abuelo por videollamada, no vimos nada”.

“En el jardín Lucio estaba feliz. La directora nos contó que corría, jugaba. Tenía prohibido decir que le pasaba realmente. A través de los dibujos pidió auxilio, pero no lo vieron”, dijo.

Así lo informó Fernando Burlando a la salida de la novena jornada en el Tribunal de Dolores. Tras el análisis de nuevos videos, lograron identificarlo.

Luego de la novena jornada en el juicio a los rugbiers, Fernando Burlando habló con la prensa afuera del Tribunal de Dolores.

El abogado de la familia Báez Sosa, indicó que tras el análisis de nuevos videos, pudieron identificar a otro joven llamado Tomás Colazo, que estaba con los rugbiers al momento del asesinato de Fernando.

“Nosotros insistimos muchísimas veces por su comparecencia”, dijo Burlando.

Sin embargo, ante la consulta, aclaró que “no se lo ve agrediendo, se lo ve en un costado. Estaba con el grupo”.

Por este motivo, será llamado a declarar los próximos días. «Vamos a ver qué es lo que nos dice», aseguró el abogado y cerró diciendo que “es la parte ‘b’ de este tema”.

En Chubut, la Fiscalía de El Hoyo dio apertura a la investigación por el asesinato de Tino John ocurrido en el 2021. Otra historia que expone cómo las fuerzas de seguridad actúan con negligencia sobre la salud mental.

Tino sufría de trastorno bipolar y estaba medicado. El 27 de mayo fue abordado por un grupo de 20 policías que ingresó a su domicilio para realizar un allanamiento sin orden judicial, fiscal, ni psiquiatra presente. No se cumplió ninguno de los protocolos que establece la Ley de Salud Mental. Durante el operativo los efectivos dispararon contra el hombre de 63 años.

Claudia Costa Basso, compañera de Tino, estaba allí, la policía la mantuvo atada durante 40 minutos, mientras ella pedía por su compañero: «Nadie me decía nada, todos mudos. Entraban, subían y bajaban. Tino estaba en la planta alta. Uno tira sobre la mesa la orden de allanamiento. Yo atada, le digo: ‘¿Usted me está tomando el pelo?, ¿qué pasó con Tino?’, a lo que me responde: ‘¿Me puede dar la clave de wifi y su nombre?’. Al fin me enteré, escuchando la radio de la policía, que lo habían matado”.

Por el hecho hay un solo imputado que es el sargento primero Luis Moggiano, del Grupo Especial de Operaciones de la Policía, acusado de ser el autor material del asesinato.

“Yo pedí a los abogados que se amplíen las imputaciones porque hay más responsables. No entiendo por qué se demoró un año y medio en abrir una causa para un solo imputado que conocíamos desde el principio. Es un desprecio a la vida desde un escritorio», resalta Claudia.

Una de las razones por las que se demoró el inicio de la investigación fue el pedido de recusación del juez Ricardo Rolón, y del fiscal Carlos Díaz Mayer. El pedido fue presentado por la querella y la defensa del imputado, ya que son quienes ordenaron el allanamiento de aquel día. Ambas recusaciones fueron rechazadas.

Resulta urgente la aplicación de la Ley de Salud Mental y el control a las fuerzas de seguridad. En este caso, como en tantos otros, la represión y la falta de acceso a la salud, terminan siendo dos caras de la misma moneda.