WASHINGTON.- El gobierno de Donald Trump envió la primera señal al presidente electo Alberto Fernández, al indicar que está listo para trabajar para «abordar los intereses comunes» que comparten la Argentina y Estados Unidos, un vínculo crucial para el futuro del país.
«Felicitamos al pueblo de Argentina por celebrar elecciones presidenciales exitosas el 27 de octubre y estamos listos para trabajar con Alberto Fernández como el nuevo presidente de la Argentina para abordar los intereses que comparten nuestros países», dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo,en un comunicado difundido por el Departamento de Estado.
«Estados Unidos y la Argentina disfrutan de una asociación de larga data y mutuamente respetuosa, que ha beneficiado a ambas naciones y es testimonio de nuestros muchos valores y prioridades democráticos compartidos. Esperamos con interés trabajar con la administración de Fernández para promover la seguridad regional, la prosperidad y el estado de derecho», agregó.
Descontado por todos, el triunfo de Fernández en las elecciones presidenciales ratificó un nuevo cambio de rumbo en la Argentina desde el próximo 10 de diciembre. Pero, pese a las señales, en Washington, quienes siguen al país y la región dieron cuenta de la profunda incertidumbre que existe respecto de cuál será ese nuevo rumbo, y cómo cambiará el vínculo con Estados Unidos, fuertemente fortalecido durante la presidencia de Mauricio Macri.
Mike Matera, director del programa para América del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), dijo que aún nadie sabe bien qué esperar de un gobierno de Alberto Fernández, aunque existe la esperanza de que sea «un presidente independiente» con ideas claras para resolver los problemas del país.
«Habrá mucha disponibilidad en los primeros meses para colaborar con él y con su gobierno en alentar consensos políticos y económicos en un momento cuando hay tanta división y polémica entre grupos importantes de la sociedad argentina», afirmó Matera.
Al referirse al futuro de la relación bilateral, Matera dijo que va a depender más que nada de las definiciones de Fernández en un puñado de temas: el plan económico; la independencia de la Justicia y los avances en la lucha contra la corrupción; el ingreso a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la política exterior.
«Cómo defina su política exterior hacia temas importantes como Venezuela y Rusia va a tener un impacto serio sobre la relación bilateral con Estados Unidos. Negar la realidad de que Venezuela representa la crisis humanitaria y económica más grave en la historia de América Latina y que Nicolás Maduro sea menos que un dictador con lazos muy peligrosos con Cuba, Rusia y el crimen organizado complicaría mucho la relación bilateral con Washington», indicó.
Michael Camilleri, del Diálogo Interamericano, dijo que Washington «mantiene una actitud abierta sobre Fernández en un marcado contraste con la reacción negativa del presidente brasileño Jair Bolsonaro».
«Sin embargo, Fernández y sus asesores sabrán que es probable que la Administración Trump haga algunos juicios rápidos acerca de si Fernández será un socio pragmático o un irritante regional», remarcó Camilleri. «La Casa Blanca estará particularmente atenta al enfoque de Fernández sobre la crisis en Venezuela y su gestión de la economía, especialmente la relación de la Argentina con el FMI. Una visita temprana a Washington después del viaje inaugural de Fernández a México sería una buena oportunidad para que el presidente electo explique sus planes y transmita su compromiso con una relación productiva entre Estados Unidos y la Argentina», cerró.
Daniel Kerner, jefe para América latina de Eurasia Group, cree que Fernández está intentando «crear una nueva línea de izquierda moderada en América latina y ve a México como un pilar de ese movimiento».
«Obviamente Estados Unidos va a ser clave por el tema del Fondo. Trump tiene una visión transaccional de la política exterior, por lo que imagino le va a exigir algo a la Argentina para darle apoyo en el Fondo, probablemente con China y Venezuela. Creo que Alberto Fernández va a tratar de llevar las cosas bien con Trump, pero me parece que no va a ser fácil. Tampoco con el FMI», informó La Nación.