Investigan si la mamá del menor sufrió un «brote psicótico» y por ese motivo lo atacó.
El bebé, de apenas siete meses, no dejaba de llorar. Lo habían llevado al hospital después de que su madre lo golpeara en medio de un extraño ritual religioso en su propia casa en la provincia de Neuquén. Entonces una mujer policía que era testigo de la escena decidió intervenir y sorprendió a todos con su gesto.
“Se sacó la faja y el chaleco antibalas, y amamantó al pequeño hasta que se durmió. Se trata de la cabo Anabela Contreras, quien fue madre hace pocos meses”, contó el jefe de la Regional Quinta, Daniel Uribe, a LM Cipolletti.
Si bien el menor se encontraba en buen estado de salud, su tía, la persona que lo había llevado a la guardia, no lograba calmarlo producto de los nervios y del hambre. «Estaba muy asustado, nervioso. En un momento me acerqué, le hice upa y le pedí a su tía si podía darle la teta para calmarlo. Y me dijo que sí. Ahí empezó a calmarse, hasta que se durmió en mis brazos”, contó la oficial al mismo diario.
Todo empezó por el llamado de un vecino que alertó sobre un conflicto familiar en el domicilio de la calle Los Horneros. Sin embargo al llegar, la policía se encontró con mucha gente en el lugar en un aparente ritual religioso. Lo que les llamó la atención, según señalaron fuentes policiales, fue que no lo hicieran en un templo sino en una casa y también el horario. Era medianoche.
La hipótesis más fuerte es que la madre del bebé sufrió un ataque de nervios o un brote psicótico y que en ese estado golpeó a su hijo hasta que el padre, que también estaba presente, lo rescató y le pidió a una tía que lo llevara al hospital.
En medio del drama, el gesto de Anabela que lo amamantó como si fuera su hijo no solo conmovió a los que estaban en el lugar sino que también se convirtió en noticia. “Me surgió así y en la misma situación volvería a hacerlo», manifestó ella.