CIUDAD DE MEXICO (De un enviado especial).- Había anticipado, con una sonrisa misteriosa, que tendría una «reunión importante» antes de subirse al avión para regresar a Buenos Aires. Y esa reunión llegó: pasadas las 16 hora local, Alberto Fernándezse reunió con Mauricio Claver-Carone, director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la administración Trump. De la reunión también participó el diputado Felipe Solá, quien aparece como posible canciller del próximo gobierno.
Las relaciones entre los Estados Unidos y el presidente entrante tuvieron un primer paso el jueves pasado, cuando ambos dirigentes conversaron por teléfono. Fernández quedó muy conforme con la llamada de Trump, que lo felicitó por su triunfo electoral del 27 de octubre pasado, y ambos se prometieron «verse pronto».
Durante su estadía de cinco días en México, Fernández dejó en claro su predisposición a «unir Latinoamérica» pero «sin pelearse con nadie». De hecho, dejó trascender que durante esa llamada Fernández le pidió ayuda para renegociar la deuda con el FMI, y le recordó que «otro presidente republicano, George Bush, ayudó mucho con la deuda» durante el primer gobierno kirchnerista. «Tenemos voluntad de cumplir nuestras obligaciones, pero no podemos pedirle más sacrificios a la gente», dijo Alberto Fernández en su última conferencia de prensa.
En cuanto a su interlocutor, representa el «a la dura», con iniciativas destinadas al «retorno de la democracia» a Venezuela y relacionado con la continuidad del embargo económico a la Cuba comunista.
Pero hay un dato clave que podría ayudar: Carone fue hasta hace poco el director representante de Estados Unidos en el FMI, informó La Nación.