El arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, lamentó hoy que algunos sectores crean que «cada cosa que dice el papa Franciscoestá pensada para Argentina». Pidió «dejar tranquilo» al pontífice y se preguntó si tiene «sentido» que venga al país «a entregarse a una carnicería».
Así lo afirmó en una declaración titulada «Dejen al Papa tranquilo» que publicó esta tarde el arzobispo -de estrecha relación con Francisco- a través de sus redes sociales.
Ayer, en un discurso a integrantes de la Asociación Internacional de Derecho Penal en el Vaticano, Francisco criticó el «uso arbitrario» de la prisión preventiva, denunció el «lawfare» contra «dirigentes políticos» y pidió que el denominado «ecocidio» sea declarado como un «crimen contra la paz», lo que fue interpretado por algunos medios como un aval del Papa a medidas judiciales para liberar a exfuncionarios detenidos sin condena firme.
«Me llama poderosamente la atención que se piense que cada cosa que dice el Papa Francisco está pensada para Argentina. Hoy es un líder mundial escuchado en todas partes… Sin embargo, aquí piensan que se la pasa leyendo los diarios argentinos y pensando en nosotros en cada cosa que dice»; dijo «Tucho» Fernández en su reflexión.
«Cuando te toca ocuparte de la puerta de entrada, no te vas a sentar al gallinero. Si él se reúne con juristas y opina sobre las prisiones preventivas -diciendo lo mismo que opinó toda su vida- ya dan por sentado que solo lo hace para inmiscuirse en la justicia argentina», añadió.
Fernández cuestionó también a quienes «con escaso profesionalismo repiten muletillas sin investigar un poco más a fondo su pensamiento y su propia trayectoria».
El arzobispo incluso aportó una revelación: «Ahora que ya pasaron las elecciones, puedo contar que tiempo atrás le escuché hablar muy bien de (Roberto) Lavagna. Sin embargo, no hubo fotos con él dando vueltas por todos los medios. Lo mismo ocurre con otras personas que muchos sabemos que él valora bastante -de distintos partidos políticos- pero que no han aparecido promovidas por él, como dicen que hace».
«Ante esta situación uno se pregunta: ¿A quién se le puede ocurrir que venga a la Argentina, a exponerse y desgastarse inútilmente? A su edad, seguramente pensará en qué quiere invertir los pocos años que le quedan. ¿Tendría sentido venir aquí a entregarse a una carnicería?», se preguntó, informó La Nación.