El Departamento de Estado le dijo a Clarín que “todas las democracias deben unirse en apoyar los principios fundamentales”.
El presidente electo Alberto Fernández había criticado el lunes con dureza al gobierno de Donald Trump por su posición sobre Bolivia al decir que “había retrocedido a los 70” y dijo que se había quejado ante el Departamento de Estado por este tema. Ante una consulta de Clarín, fuentes de la cancillería estadounidense confirmaron está noche que la llamada existió y señalaron que discrepancon Fernández sobre los hechos en Bolivia. Además, reclaman que “EE.UU. y todas las democracias deben unirse en apoyar los principios fundamentales en Bolivia y en todas las Américas”.
Un portavoz del departamento del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado dijo esta corresponsal que “podemos confirmar que el presidente electo Alberto Fernández habló con un alto funcionario del Departamento de Estado y esperamos continuar comprometidos en más conversaciones”.
La fuente dijo que no comentarían sobre el contenido de ese diálogo. Pero señaló que “si bien nuestras caracterizaciones sobre los hechos en Bolivia difieren, creemos que los Estados Unidos y todas las democracias deberían unirse en apoyar los principios fundamentales en Bolivia y en todas las Américas”.
Y enumeró cuáles son, para Washington, esos pilares: “Respeto por los principios de la Carta Democrática Interamericana; respeto por la finalización de la violencia en las calles y el mantenimiento del estado de derecho y respeto al apoyo de las instituciones civiles y constitucionales para restaurar la gobernanza democrática y organizar elecciones libres, justas, transparentes y creíbles que reflejen el deseo de los ciudadanos de Bolivia, en concordancia con su Constitución”.
La crisis boliviana produjo dos visiones completamente diferentesentre el futuro mandatario argentino y el estadounidense. Fernández calificó la salida de Evo Morales como un “golpe de estado”, mientras que Trump celebró su “renuncia” comoun ejemplo para otros países como Venezuela y Nicaragua.
En su primera reacción oficial, el gobierno de EE.UU. había emitido el lunes un comunicado en el que consideraba que la dimisión era “un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental”. Y que Estados Unidos “aplaudía” al pueblo boliviano por “exigir libertad y al ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la constitución boliviana”.
Además, la Casa Blanca había vinculado la crisis en Bolivia con otros países de la región: “Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán. Ahora estamos un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre”, señaló.
En declaraciones radiales este martes a la mañana, Fernández reaccionó al comunicado de la Casa Blanca: “No comparto lo dicho por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Acá no hay ningún ejército victorioso y no es verdad que se haya garantizado la democracia, para nada. En todo caso se la impidió. A mi juicio, Estados Unidos retrocedió décadas y volvió a lo peor de los 70, cuando avalaron intervenciones militares contra gobiernos elegidos democráticamente”, planteó Fernández.
Además, el dirigente del Frente de Todos reveló que había presentado una queja ante el gobierno de los Estados Unidos, a través de una conversación telefónica que mantuvo ayer con funcionarios del Departamento de Estado que no identificó.
“Les hice saber a funcionarios del departamento de Estado que su expresión ha sido muy poco feliz sobre lo que pasó en Bolivia”, y afirmó que, aunque quiere “tener la mejor relación” con los Estados Unidos, eso implica “decirse las cosas francamente”.
Desde que ganó las elecciones, Fernández ha intentado mantener un delicado equilibrio con Estados Unidos, que ve con cierta preocupación que el gobierno tenga una fuerte influencia de Cristina Fernández de Kirchner, con quien no han tenido una buena relación. Pero Alberto F ha dejado en claro que quiere un vínculo “maduro” con la primera potencia del mundo. De hecho, tuvo una cordial llamada telefónica con el presidente Trump, que se comunicó para felicitarlo por su triunfo electoral y le prometió que lo ayudaría en el Fondo Monetario Internacional. Luego, el miércoles pasado, mantuvo el primer contacto con un funcionario importante de la administración estadounidense, cuando almorzó en México con Mauricio Claver-Carone, asesor de Trump para América latina en el que hablaron sobre temas regionales, informó Clarín.