Perdía en el tercer set por 5-1 ante Daniil Medvedev y le ganó en el tie break.
Rafael Nadal parecía que iba a sumar su segunda derrota en Masters de Londres, pero lo dio vuelta y derrotó al ruso Daniil Medvedev por 6-7 (3-7), 6-3 y 7-6 (7-4) en en el grupo Andre Agassi. En consecuencia, el español respira aliviado y sueña con pasar a las semifinales.
Locura en el 02 Arena de la capital británica. Nadie lo podía creer. O sí, porque para vencer a Nadal hay que darle duro todo el tiempo. Recién cuando saluda en la red hay que darlo por perdido. De hecho, confesó: «Hoy fue un día en los que deberías perder. Son esos partidos que ganás una de mil veces«.
A pesar de semejante declaración, su espíritu de lucha incansable nuevamente lo hizo posible. Los dolores físicos quedaron de lado. La precisión y su versión tenística más óptima, también.
A partir de la garra, el esfuerzo y su fortaleza mental, el actual N° 1 del mundo empezó a revertir un encuentro que parecía imposible para cualquier jugador.
Solamente quedaba lugar para que un fuera de serie pueda volver de un 0-4 en el tercero y con break point en contra que lo condenaba a quedar prácticamente eliminado.
Y ni hablar del match point que levantó cuando sacó 1-5 y 30-40. No obstante, tuvo la mente fría, se puso el overol y empezó a jugar con la desesperación de un Medvedev que deseaba cerrarlo lo antes posible y que con esta caída ya siente el regreso a casa.
Los nervios y toda la tensión del escenario le jugaron una mala pasada al jugador de 23 años: se le puso rígido el brazo, cometió más errores no forzados y desde el saque, su gran aliado, no logró maquillar las otras deficiencias.
El tie break del tercero fue adrenalina pura: Rafa llegando hasta a las pelotas inalcanzables y el ruso forzando a las líneas para poder sobrepasar la resistencia española.
Tanto es así que para definir el cierre fue necesario el Ojo de Halcón que corrigió el fallo muy fino del umpire, quien dio como buena un revés paralelo de Medvedev que pasó a centímetros del límite de la cancha.
Después de tanto estrés, Nadal puede levantar las manos tranquilo y seguir con su sueño de ser Maestro por primera vez en su carrera. En consecuencia, deberá superar el viernes en su último partido de la zona al griego Stefanos Tsitsipas.
Si sobrevivió a semejante batalla, ¿por qué no darlo como un candidato al título?, informó Clarín.