La noche del viernes 13 fue la más larga en la Casa Rosada desde que asumió Alberto Fernández. Hasta pasada la medianoche, ministros y secretarios de Estado recorrieron el trayecto que separa el despacho presidencial, en el primer piso, y la oficina de la secretaria legal y técnica, Vilma Ibarra, en la planta baja. Esa madrugada intensa, cuando terminó de gestarse el decreto de necesidad y urgencia que reimpuso la doble indemnización, la primera medida fuerte del Presidente, marcó el verdadero inicio del nuevo gobierno.
Desde esa noche, en la Casa Rosada se vivieron horas frenéticas, en las que Fernández intercaló reuniones con gobernadores e intendentes, encuentros con futuros funcionarios, entrevistas periodísticas, una charla con Diego Maradona, un cara a cara con Claudia Villafañe y la definición del proyecto de ley que señala el camino por el que avanzará el Gobierno en sus primeros meses de gestión.
El despacho del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pegado al de Fernández, se convirtió el lunes a la tarde en la sala de situación donde se pulió la estrategia para la batalla que empieza hoy en el Congreso. Reacio a las reuniones de gabinete, el Presidente juntó ahí durante dos horas a las espadas económicas del Gobierno. Además de Cafiero, al que define como su alter ego, estuvieron el ministro de Economía, Martín Guzmán; el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca
El Presidente y sus funcionarios saben que el tema más sensible del proyecto es la reforma del índice de movilidad jubilatoria. Facultar al Poder Ejecutivo para definir una nueva fórmula es una manera de sacar la discusión del ámbito del Congreso. En la Casa Rosada no descartan el inicio de juicios por los aumentos en montos fijos que se darán por decreto. La prioridad es resolver la urgencia. Para ponerles caras y nombres a las medidas, Fernández recibirá hoy a jubilados de distintos centros de Hurlingham. Lo acordó con el intendente Juan Zabaleta, que lo visitó ayer en su despacho.
En la agitada tarde del lunes, el equipo económico usó la mesa de reuniones que dejó en el despacho de la Jefatura de Gabinete Marcos Peña. Cafiero se sorprendió de que en la oficina no hubiera un escritorio, pero todavía no hizo tiempo para cambiar la disposición de los muebles. Tampoco renovó los cuadros, todos de arte abstracto. También hicieron sus aportes el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y Vilma Ibarra.
La secretaria legal y técnica había ido a trabajar el domingo. No solo le preocupaba el proyecto de emergencia. También debía definir la arquitectura de la nueva gestión. El organigrama de cada uno de los ministerios recién se va a publicar hoy.