Copa Airlines impidió el abordaje de la delegación de la CIDH a la puerta del avión en Panamá. Informaron que recibieron instrucciones del régimen de Venezuela de que no estábamos autorizados a ingresar al país», tuiteó hoy la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ni siquiera los dejaron subir al avión. Los tres enviados por la CIDH a Caracas se quedaron en tierra, en el aeropuerto de Ciudad de Panamá, desde donde tenían previsto volar a Venezuela para realizar una visita in loco (sobre el terreno), según denunció la propia CIDH, organismo de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de sus redes sociales.
Era un viaje que se esperaba con expectativa, tras 18 años sin presencia de la CIDH en Venezuela y con las amenazas previas lanzadas desde el gobierno de Maduro. La misión de la CIDH, que viajará de inmediato a la frontera con Colombia, está presidida por la relatora panameña Esmeralda Arosamena y compuesta también por el secretario ejecutivo de la CIDH, el brasileño Paulo Abrão, y por el relator especial para la libertad de información, el uruguayo Edison Lanza.
«Día triste para la historia de los derechos humanos en la región. En 60 años hemos observado situación en gobiernos de cualquier tendencia, dictaduras cedieron a presión internacional», expresó Lanza respecto de lo sucedido.
Los tres delegados habían preparado una agenda intensa de cinco días con reuniones con organizaciones de derechos humanos, víctimas y sociedad civil, tras la invitación cursada por Juan Guaidó, el Parlamento democrático y la presidencia encargada. Horas antes de este incidente, Diosdado Cabello, cabecilla radical del chavismo, había advertido que «para nosotros la CIDH no existe, puede venir hasta la corte celestial». La semana pasada, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, había adelantado que la visita no estaba autorizada por Nicolás Maduro .
Los motivos de la visita frustrada
La agenda pública de la CIDH confirma porqué le gustaba tan poco esta visita al chavismo. Para hoy estaba previsto reunirse con embajadores y diplomáticos europeos y con los miembros de la misión de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU. Desde mañana y en adelante los tres enviados se habrían encontrado con víctimas de «graves violaciones», autoridades de la Asamblea Nacional (AN), con gremios y defensores de la libertad de expresión, con los parlamentarios perseguidos y dirigentes refugiados en embajadas, con expertos que conocen en profundidad la crisis humanitaria compleja de Venezuela, con defensores de los derechos de los niños, con familiares de militares privados de libertad y con la Iglesia Católica. Imprescindibles todos ellos para dibujar el mapa del horror venezolano.
El muro levantado por el chavismo contra la CIDH supone una infracción en los tratados internacionales, ya que Venezuela sigue formando parte de la OEA y del sistema interamericano, denunció Guaidó. «Al impedir la entrada de la CIDH, la dictadura se reconoce como violadora de derechos humanos, también vuelve a exponer sus contradicciones: los mismos que pidieron que la CIDH visitara otros países, que fueron visitados, hoy bloquean su ingreso a Venezuela», dijo el presidente interino tras conocer la noticia.
Uno de los países a los que se refiere es Chile, visitado recientemente por este organismo de la OEA. Incluso Evo Morales, aliado fiel de Maduro, denunció ayer ante la CIDH los obstáculos que está sufriendo su candidatura electoral. «Esto no va a ocultar las pruebas de que en Venezuela se violan los derechos humanos», sentenció Guaidó.
La misión de la CIDH también había advertido de antemano que de ser rechazada se desplazaría hasta la frontera con Colombia para entrevistarse con víctimas y con organizaciones.
La lista negra del chavismo en materia de derechos humanos suma cada día nuevos abusos y violaciones. La última conocida son las torturas: sólo en 2019 casi 600 personas fueron torturadas por agentes gubernamentales, lo que provocó la muerte a 23 de ellas. Desde la llegada de Maduro al poder en 2013 son 72 las víctimas mortales por torturas.
Ejecuciones extrasumariales, torturas, violaciones sexuales, la creación de un «batallón de exterminio», persecución política y casi 400 presos políticos son sólo la parte más sangrienta de las violaciones chavistas a los derechos humanos. Además hay que sumar el éxodo obligado de más de cinco millones de personas y las constantes vulneraciones a los derechos en materia de salud.
La prohibición contra la misión de derechos humanos coincide con el aniversario del golpe de estado de Hugo Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Maduro madrugó para desfilar con un batallón de militares, «una movilización llena de amor y sentimiento patrio para conmemorar el día de la dignidad nacional».