El Bank of America, empresa estadounidense de tipo bancario y de servicios financieros, redujo a 2,2% su previsión de crecimiento económico global para este año, frente al 2,8% que había pronosticado en febrero y al 3,1% esperado en enero, cuando todavía no se contabilizaba el impacto de la expansión del coronavirus.
Respecto a la Eurozona, la entidad estadounidense rebajó su previsión a apenas 0,2%, frente al 0,6% que estimaba previamente.
En enero, Bank of America sostenía que la ralentización de la economía mundial tocaría fondo en la primavera (boreal), por la relajación de las tensiones derivadas del enfrentamiento entre Estados Unidos y China, y el riesgo relativamente bajo de una recesión. Esos son factores que ahora se revierten por el virus.
Ya el mes pasado, el banco revisó sus perspectivas y recortó a casi la mitad su previsión de comienzos de año sobre la Eurozona, del 1% inicialmente previsto al 0,6%. Ahora volvió a reducir su pronóstico y advirtió que el país más perjudicado es Italia, donde la proyección pasa de una expansión estimada del 0,3% a una contracción del -0,2%, precisó la publicación «Fund Society», editada en Miami.
Otros países que sufren una drástica revisión son Alemania (pasa del 0,5% al 0,1%) y Francia (baja del 1,2% al 0,8%).
Bank of America, además, asume que habrá una «pérdida permanente de actividad» a causa del coronavirus, anticipa un «crecimiento próximo a cero» en el primer semestre, y una recuperación en la segunda mitad del año. Todo esto se dará, siempre y cuando la crisis por la pandemia «se resuelva a finales de primavera».
Según la entidad, las medidas que los países desarrollados han tomado a raíz de la expansión del virus debilitará sectores como el ocio o el comercio al por menor, y también a la mano de obra.
Otro factor de contracción, para el banco, sería la lenta respuesta de algunos sistemas de salud públicos: «Los países sin cobertura sanitaria universal corren un mayor riesgo porque en una pandemia el sistema sanitario es tan fuerte como el eslabón más débil».
Por otra parte, «la respuesta negativa del mercado al recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (de EE.UU.) puso de relieve que los bancos centrales sólo desempeñan un papel de apoyo en esta crisis, y de hecho, las condiciones financieras se han endurecido considerablemente», advirtió el Bank of América.
A la vez, agregó, «se han anunciado varias medidas fiscales en todo el mundo, pero en la mayoría de los países las cifras son relativamente pequeñas».
Por último, el informe señala que las tensiones por el petróleo entre Arabia Saudita y el resto de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) añaden más presión a la baja del crecimiento.
Aunque un colapso en los precios del petróleo «es neutro para el crecimiento global, ya que significa una transferencia de ingresos de los productores a los consumidores», perjudica a corto plazo al afectar la inversión en el sector e inducir a bajas en el mercado de valores, concluyó el informe.