El “Grupo de los Cinco” (Blackrock, Fidelity, Pimco, Templeton y Greylock) llegó al país para encarar negociaciones reservadas con el gobierno nacional en torno a la reestructuración de la deuda con bonistas privados. Resignados ya a sufrir un porcentaje aún no definido de quita, tras el aval del Fondo Monetario Internacional para que la Casa Rosada avance en ese sentido, los ejecutivos de los fondos de inversión no tuvieron la mejor bienvenida al país. Arribaron procedentes de Nueva York en el vuelo de American Airlines que activó el alerta de coronavirus en el aeropuerto internacional de Ezeiza.
Los representantes de los bonistas privados debieron permanecer primero dentro del avión y luego fueron aislados en la terminal de Ezeiza con barbijos hasta determinar si estaban libres del virus el Covid-19. Apenas aterrizó el avión de American fue redireccionado a la posición remota 18 del aeropuerto, y el personal de Sanidad de Frontera y de la ANAC iniciaron el proceso tendiente a determinar el estado de situación de un pasajero que había estado en China y presentaba síntomas gripales.
Los ejecutivos de los fondos de inversión, junto al resto de los pasajeros, permanecieron a bordo mientras se les tomó la temperatura y se les hizo llenar un formulario donde debía constar dirección o lugar de residencia en Argentina y teléfono de contacto, así como también las recomendaciones para el caso de que llegasen a sentir algún síntoma compatible con el coronavirus.
Los representantes de Blackrock, Fidelity, Pimco, Templeton y Greylock tendrán a partir de este martes agenda con funcionarios del Ministerio de Economía de Martín Guzmán, en paralelo con la misión del Fondo Monetario Internacional encabezada por Luis Cubeddu, y la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, que comenzó la revisión de las cuentas públicas en base al artículo IV.
El denominado “Grupo de los Cinco” que nuclea a los tenedores privados de deuda argentina representan cerca del 35% de los bonos que ingresarán en la reestructuración. “Los fondos ya asumieron que deberán someterse a una quita significativa del capital. Pero cada uno tiene una postura distinta.
Hay algunos inflexible y otros más dispuestos al diálogo”, explicaron a Ámbito Financiero fuentes del gobierno nacional. El Ministerio de Economía confirmó la contratación de Lazard, como asesor financiero. Y designó como agentes colocadores al Bank of America y al banco HSBC.
El FMI ya oficializó que pretende una “contribución apreciable” de los bonistas para que se pueda encaminar la normalización de la deuda argentina. A cambio, la Argentina acepta la rigurosa supervisión de las cuentas públicas. Según el cronograma oficial, en la primera semana de marzo el Gobierno determinaría la estructura final de la oferta. Pero los tiempos podrían dilatarse. Siete días después se develarán los detalles que esperan los bonistas y comenzará el cierre de la negociación, que podría extenderse más allá del 31 de marzo próximo, la fecha límite inicial marcada por Alberto Fernández.