“Permítanme decirles: la situación es seria. Tienen que tomarla también en serio. Desde la reunificación de Alemania… no, desde la Segunda Guerra Mundial, no se había planteado a nuestro país otro desafío en el que todo dependiera tanto de nuestra actuación solidaria mancomunada”.
Las palabras son de la canciller alemana, Angela Merkel, al referirse al impacto que tiene en su país la pandemia del nuevo coronavirus, que hasta este sábado 21 de marzo había dejado más de 11.500 muertes en todo el mundo, según el cálculo de la Universidad Johns Hopkins.
Algo que ha llamado la atención de los expertos es la baja tasa de mortalidad entre los pacientes alemanes comparada con la de otros países, como Italia o España.
Hasta este sábado, Alemania tenía 20.705 casos confirmados de covid-19, superando los poco más de 20.610 de Irán para convertirse en el cuarto país con más contagios detectados.
La diferencia es que el número de muertos es de 72, comparados con los 1.556 de Irán, los 1.326 de España -que cuenta con algo más de 24.000 casos confirmados- o los más de 4.000 de Italia, el país con el mayor número de fallecidos por el coronavirus en el mundo.
“No podemos decir con exactitud por qué la tasa de mortalidad es tan baja en Alemania, debido a que todavía estamos en una etapa temprana de la epidemia dentro del país”, explicó en un documento enviado a BBC Mundo el Instituto Robert Koch de Virología, responsable de la estrategia alemana frente al covid-19.
“Lo cierto es que hemos recomendado, desde el momento mismo en que tuvimos conocimiento de la emergencia, ampliar el número de exámenes entre la población y así reducir la posibilidad de contagio”, agregaron.
Una de las claves de la baja mortalidad podría ser la identificación temprana de los portadores del virus, lo que frena la expansión de la enfermedad.
«El caso alemán se debe especialmente a los exámenes de diagnóstico y demuestra que no es solo una buena manera sino un componente esencial de la lucha contra la pandemia», le dijo a BBC Mundo Jeremy Rossman, profesor de virología de la Universidad de Kent (Reino Unido).
Para Rossman hay que escuchar las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien dijo que no se puede combatir el virus si no se sabe dónde está. «Y eso es precisamente lo que hacen los exámenes».
«Las pruebas son un componente crítico para poder contener y mitigar esta pandemia. Esto requiere pruebas amplias en personas incluso con síntomas leves», agregó el académico.
Pruebas
Alemania también ha contado con el tiempo a su favor, ya que los primeros casos se detectaron dos o tres semanas antes que en algunos de sus países vecinos, lo que permitió a las autoridades tomar medidas para combatir la pandemia.
De hecho, los alemanes se estaban preparando incluso antes de que el coronavirus llegara al país (cosa que ocurrió el 27 de enero, cuando confirmaron el primer caso), con la creación de un comité permanente de vigilancia instalado el 6 de enero de este año, en vista de la preocupante expansión del virus en China.
Y fue allí donde incorporaron las pruebas de diagnóstico.
“El amplio alcance de los exámenes nos ha permitido identificar la epidemia desde una etapa muy temprana y eso nos ha servido para trabajar sobre ella”, había explicado Lothar H. Wieler, director del Instituto Robert Koch, en una rueda de prensa realizada la semana pasada.
Los números parecen apoyar su estrategia: el Instituto Koch detalló a BBC Mundo que Alemania tiene la capacidad de realizar 160.000 exámenes de diagnóstico por semana.
En Italia, donde la epidemia ha sido más devastadora, se han realizado 150.000 exámenes en total hasta este viernes. En Reino Unido, 50.000 y en España, 30.000.
En Corea del Sur -país que ha sido puesto como un ejemplo por los expertos por su capacidad de llevar a cabo pruebas entre la población- se realizan cerca de 70.000 exámenes por semana, menos que en Alemania.
Así, el mayor número de pruebas y de casos detectados también hace que la tasa de mortalidad sea más baja entre los alemanes, ya que el ratio de muertos por infectados es menor.
Jóvenes y menores de 50 años
Otro factor que influye en la baja tasa de mortalidad del coronavirus en Alemania es que una gran parte de los contagiados son personas jóvenes, que no sufren los efectos de la enfermedad de la misma manera que la población de mayor edad.
Muchos incluso ni siquiera presentan los síntomas.
“En Alemania, más del 70% de las personas identificadas como infectadas hasta ahora tienen entre 20 y 50 años”, señaló Wieler el miércoles pasado.
En Italia -el segundo país del mundo con la población más envejecida por detrás de Japón- en cambio, la edad media de los diagnosticados con el coronavirus es de 66 años y el 58% tiene tiene más de 60 años.
Algunos expertos advierten que cuando el virus se expanda entre la población de más edad en Alemania, es probable que la tasa de mortalidad también aumente.
Detección precoz
La detección precoz de infectados también ha permitido en Alemania poner en cuarentena a aquellos que representaba un un mayor riesgo para la dispersión de virus.
Todos aquellos que tuvieran síntomas o hubieran estado en contacto con un caso confirmado o una persona procedente de las «zonas rojas» del virus podían acceder a hacerse un examen.
Hubo otra medida de las autoridades sanitarias alemanas que también tuvo un impacto positivo en los números.
Según explicaron distintos expertos, cuando se presentó el primer caso se actuó de inmediato y se pudo saber quién fue el paciente cero, un joven contagiado por una ciudadana china, que había visitado la región de Baviera y que no había presentado ningún síntoma durante su estadía en el país.