El descubrimiento estuvo a cargo de los investigadores del Instituto ANLIS-Malbrán, en la ciudad de Buenos Aires, y se realizó con muestras de pacientes argentinos infectados.
Las autoridades señalaron que será útil «para asegurar la calidad del diagnóstico, complementar la vigilancia epidemiológica y contribuir al desarrollo de una vacuna representativade las cepas circulantes en el país y en la región».
Asimismo, permitirá al laboratorio realizar reactivos «en momentos en que son escasos a nivel mundial debido a la pandemia de coronavirus», informó el Malbrán.
El resultado obtenido fue enviado al Global Initiative on Sharing All Influenza Data (Gisaid, por sus siglas en inglés), una iniciativa público privada con sede en Alemania que avaló el estudio del laboratorio argentino de manera inmediata.
De acuerdo a los científicos argentinos, esta institución «promueve el intercambio internacional de todas las secuencias del virus de la influenza, datos clínicos y epidemiológicos relacionados con virus humanos».
Según afirmó el ministro de Salud argentino, Ginés González García, la investigación «pudo determinar la procedencia de estos microorganismos y qué características tienen», lo que permitirá que, cuando haya que hacer la vacuna, esta «incluya las características del virus local».