Copa Airlines ofreció a sus empleados un programa voluntario de licencias no remuneradas, retiros y jubilaciones y pidió la suspensión de los contratos en Panamá para afrontar la crisis del COVID-19, que hará caer en “más del 70%” sus ingresos este 2020, lo que se traduce en US$2.000 millones y de la que le tomará años recuperarse.
“Estas medidas tienen como objetivo salvaguardar la sostenibilidad de la Compañía, protegiendo la mayor cantidad de empleos posible en el corto y mediano plazo, para mantener así el importante aporte de Copa a la economía panameña y los países que servimos”, indicó el presidente ejecutivo de la aerolínea panameña, Pedro Heilbron.
Copa Airlines, que antes de la crisis del COVID-19 operaba un promedio de 350 vuelos diarios conectando 80 ciudades de 33 países de América y el Caribe, tiene una nómina de alrededor de 9,500 empleados, de los que 7,480 pertenecen a la operación en Panamá, de acuerdo a datos publicados este jueves por la prensa local.
Estudios de la industria indican que las operaciones de Copa junto con el turismo representan el 14% del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá, cuyo principal aeropuerto, Tocumen, es un importante centro de conexiones regional.
Las operaciones de Copa y de decenas de aerolíneas en el mundo están paralizadas por la suspensión de los vuelos ordenada por los Estados para frenar el avance de la pandemia del nuevo coronavirus, que sólo en América Latina y el Caribe costará este año al menos US$15,000 a la industria, dijo esta semana la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).
El Gobierno de Panamá suspendió los vuelos internacionales desde el pasado 22 de marzo por un plazo de 30 días, una medida que podría ser prorrogada y que están aplicando otros países de la región.
Fuente: Listin Diario