La cifra diaria de muertos por coronavirus se mantiene estable en España, donde hoy se registraron 435 nuevos fallecimientos que elevan el total de víctimas fatales a 21.717, mientras se produjo un leve repunte de los contagios con 4.211 más, hasta alcanzar los 208.389.
El aumento en el número de fallecidos es similar al de ayer, cuando murieron 430 personas, mientras que el lunes se registró la cifra más baja en casi cuatro semanas, con la pérdida de 399 vidas.
Por otro lado, el incremento de los casos positivos fue de un 2,1%, un nivel que se viene manteniendo en las últimas cinco jornadas, cuando las autoridades sanitarias destacaron una mejora en la cifras que refleja un sostenido aplanamiento la curva de contagios.
En cuanto a los curados, se registraron 3.401 nuevas altas, un 4,1%, lo que eleva el total a 85.915, según el último informe del Ministro de Sanidad español.
«Casi la mitad de los nuevos casos han sido detectados en pruebas serológicas, que son casos con síntomas leves o sin síntomas», destacó Fernando Simón, el experto del comité técnico del gobierno que diariamente analiza la evolución de la pandemia.
Simón añadió que la otra mitad «son comparables con los de la semanas anteriores», por lo que «ya se tiene la capacidad de detectar todos los casos».
El experto también señaló que los ingresos en hospitales y unidades de cuidados intensivos (UCI) también son estables tras un incremento del 0,8% y 1,4%, respectivamente. Y además precisó que de los pacientes que necesitaron UCI, la mitad corresponden a una sola comunidad de España.
España está atravesando la sexta semana de confinamiento bajo el estado de alarma decretado por la crisis del coronavirus y el Parlamento se dispone a autorizar hoy una prórroga de 15 días, entre el 27 de abril y el 9 de mayo.
Con la nueva prórroga, el Ministerio de Sanidad pueda adoptar decisiones para avanzar en el desconfinamiento, de ahí que el titular de la cartera, Salvador Illa, anunció ayer que a partir del domingo los menores de 14 años podrán salir con sus padres a dar paseos.
El anuncio del Ejecutivo español corrigió una decisión previa que limitaba las salidas de los niños y niñas a acompañar a sus padres a las actividades ya autorizadas, como ir a supermercados o farmacias, algo que provocó una fuerte polémica política y rechazo social, que se manifestó en un cacerolazo, señaló Télam.