El primer ministro Édouard Philippe anunció este martes ante el parlamento un plan para salir progresivamente de la cuarentena a partir del 11 de mayo y evitar así el «derrumbe» de la economía de Francia, el tercer país de Europa más golpeado por la coronavirus con más de 23.600 muertos.
El proyecto, que pretende «proteger a los franceses sin inmovilizar a Francia», prevé la realización de test masivos, la reapertura de colegios para los alumnos de hasta 15 años y de pequeños comercios, así como la libre circulación -limitada a desplazamientos de 100 kilómetros- y la normalización del transporte público, pero con afluencia reducida y uso obligatorio de tapabocas.
En cambio, la temporada deportiva 2019-2020 quedó anulada y los cines, grandes museos y teatros seguirán cerrados, mientras que la reapertura de bares y restaurantes será evaluada a fines de mayo.
«Deberemos vivir con el virus», advirtió Philippe en un largo discurso ante un hemiciclo semi vacío, dadas las normas de distanciamiento social, según consignó el diario Le Figaro.
Un poco de dejadez y el brote empieza de nuevo, demasiada prudencia y se hunde todo el país. Debemos seguir un camino al borde del precipicio”
El plan contempla una primera fase de desconfinamiento a partir del 11 de mayo y una segunda etapa de tres semanas, desde el 2 de junio, con nuevas medidas, que dependerán de la evolución del brote.
Tras la presentación del primer ministro, los diputados presentes en la Asamblea Nacional debatieron durante más de dos horas la medida, que fue finalmente aprobada gracias a la cómoda mayoría oficialista con 368 votos a favor, 100 en contra y 103 abstenciones.
Los números de la pandemia
Francia, paralizada por una cuarentena total desde el 17 de marzo, es el cuarto país del mundo con más contagios y muertes por la Covid-19, con 166.036 y 23.660, respectivamente.
Aunque ayer se registró un aumento en la cifra diaria de decesos tras tres días de tendencia a la baja, el descenso de pacientes en terapia intensiva se mantiene sostenido desde hace más de dos semanas.
De ahí la insistencia del premier en levantar el aislamiento para «evitar el derrumbe» de la actividad económica y el empleo, pero «progresivamente, prudentemente» y «si las condiciones están dadas».
«Si los indicadores no nos acompañan, no desconfinaremos el 11 de mayo o lo haremos de forma más estricta», dijo Philippe, quien explicó que el plan se aplicará según la situación sanitaria de cada departamento, que será diferenciada entre «verde» -flexible- o «roja» -restrictiva-.
El costado económico
La crisis sanitaria se ha convertido también en una crisis financiera en la sexta potencia económica mundial, donde las restricciones para frenar la pandemia provocaron en estos últimos meses una contracción no vista en décadas.
Según datos del Banco de Francia, el PBI se redujo un 6% en los últimos tres meses, el peor índice trimestral del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial.El número de desempleados también registró en marzo un alza «histórica», mientras que un 65% de los franceses consideró que el gobierno «no está a la altura de las circunstancias», según un último sondeo.
Con su plan de desconfinamiento, el gobierno pretende reactivar poco a poco la actividad económica: autorizar la reapertura de pequeños comercios y la libre circulación de personas, aun si los desplazamientos mayores a 100 kilómetros seguirán prohibidos salvo por «motivos profesionales o familiares imperiosos».
Una de las medidas más polémicas del proyecto es la reapertura de las escuelas, que el gobierno viene estudiando desde hace semanas con sindicatos docentes y de estudiantes, asociaciones de padres y expertos.
Philippe la defendió hoy como un «desafío prioritario» y la calificó de «imperativo de justicia social» y «pedagógico».
El Ministerio de Educación señaló que entre el 5 y 8% del alumnado está en riesgo de «abandonar» el curso por la educación a distancia implementada desde el inicio de la cuarentena y, en algunos territorios, los maestros consideraron hasta un 40% de sus alumnos como «perdidos», según datos publicados por el diario Le Monde.
A partir del 11 de mayo, los jardines de infantes y las escuelas primarias reabrirán sus puertas en todo el país, pero la asistencia será «voluntaria» y no obligatoria, un punto criticado por la oposición por dejar esa decisión «odiosa» a los padres.
También reabrirán las guarderías, aunque recibirán sólo grupos de hasta diez niños, precisó Philippe.
Los colegios secundarios, a los que asisten alumnos de entre 11 y 15 años, lo harán a partir del 18 de mayo, pero sólo en los territorios donde la circulación del virus sea menor, mientras que la decisión sobre la reapertura de los liceos, para estudiantes de 15 a 18 años, se tomará recién a fines de mayo.
El premier ratificó también el objetivo de hacer 700.000 test de coronavirus por semana y destacó que las personas diagnosticadas como positivas deberán aislarse durante dos semanas en sus casas o en un lugar puesto a disposición por las autoridades.
Entre las excepciones anunciadas por el jefe del gobierno, figuran la reapertura de bibliotecas, mediatecas y pequeños museos, mientras que los parques y jardines sólo podrán abrir sus puertas en los departamentos «verdes».
Las playas, en tanto, seguirán cerradas al menos hasta junio.
Asimismo, se reabrirán los cementerios y se podrán celebrar funerales de hasta 20 personas pero las ceremonias religiosas seguirán suspendidas hasta el 2 de junio.En tanto, ningún evento que necesite de autorización policial podrá celebrarse hasta septiembre.
Mientras el plan de reapertura fue aprobado sin problemas, el proyecto sobre la prórroga del estado de emergencia sanitaria por otros dos meses, hasta el 24 de julio, recién será presentando el próximo sábado en la reunión de gabinete y examinado la próxima semana en el parlamento.