En ese estado se registraron 794 muertes y 8.869 casos confirmados, aunque creen que las cifras no oficiales son mayores.
El estado de Río de Janeiro renovó hasta el 11 de mayo las medidas de cuarentena parcial impuestas desde fines de marzo para contener la propagación del nuevo coronavirus, que ya se cobró más de 5.400 vidas en Brasil.
En contra de las intenciones del presidente Jair Bolsonaro de mantener normalmente la actividad en el país, el decreto del gobernador Wilson Witzel establece que continuarán suspendidas las clases escolares y universitarias, los eventos masivos y los servicios comerciales no esenciales.
Como se había ordenado en marzo, inicialmente hasta este jueves, los supermercados, panaderías y almacenes pueden permanecer abiertos (respetando medidas de distancia social), y los restaurantes pueden operar apenas con entregas a domicilio.
A diferencia de las cuarentenas que rigen en otros países de la región, como Argentina, en Brasil ningún estado limitó de forma estricta la circulación de las personas, que son exhortadas a priorizar el trabajo remoto, a evitar salidas no esenciales y a no frecuentar playas y parques.
En Río de Janeiro, un estado con 17 millones de habitantes y el segundo más afectado después de San Pablo, se registraron oficialmente 794 muertes y 8.869 casos confirmados, pero las propias autoridades reconocen que existe un alto grado de subregistro.
«Considerando la subnotificación, debemos tener hoy en el estado de Rio algo en torno de 140.000 infectados, de 15 a 20 veces más que el número oficial», afirmó el secretario de Salud del estado de Rio, Edmar Santos, en una entrevista con la TV Globo.
Por ello, Santos advirtió que Río puede registrar en las próximas «tres o cuatro semanas» una situación de colapso similar a la de países como Italia, España y Estados Unidos.
Con esa cantidad de infectados, Santos estima que 7.000 personas precisarán ser internadas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), algo «humanamente imposible para cualquier sistema de salud en el mundo. Italia no lo logró, España no lo logró y Estados Unidos tampoco».
En total, Brasil registraba hasta el miércoles 5.466 muertes y 78.162, según datos del Ministerio de Salud. Pero especialistas señalan que esa cifra podría ser hasta 15 veces mayor, debido a la falta de tests.
Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro minimizó su gravedad y criticó las medidas impuestas por los gobernadores, alegando que las consecuencias económicas de la paralización serán peores que las causadas por el propio virus.