El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó duramente la reciente operación policial en las favelas de Río de Janeiro que dejó más de un centenar de muertos
Anunció que el gobierno federal impulsará una investigación independiente para esclarecer las circunstancias del hecho.
Durante una entrevista con agencias internacionales, reproducida por Noticias Argentinas, Lula calificó la acción policial como una “masacre” y señaló que la orden judicial era únicamente para realizar arrestos, no para ejecutar a sospechosos. “Ocurrió una masacre. Es importante examinar las circunstancias en las que sucedió”, afirmó el mandatario.
El operativo, denominado “Contención”, fue llevado a cabo el 28 de octubre en los complejos de Alemão y Penha, donde participaron fuerzas estatales y federales. Según cifras oficiales, murieron 121 personas, entre ellas cuatro policías.
Una operación “desastrosa” y el reclamo de transparencia
Lula aseguró que, pese a que algunos sectores califican la intervención como exitosa, el alto número de víctimas refleja un accionar “desastroso” por parte del Estado. “Desde el punto de vista de la actuación del Estado, fue desastrosa”, sostuvo el presidente.
El líder del Partido de los Trabajadores adelantó que el gobierno federal promoverá una investigación independiente para determinar las responsabilidades y revisar el proceder de las fuerzas de seguridad. “Estamos tratando de ver si es posible que expertos forenses de la policía federal participen en la investigación”, añadió.
El operativo más letal en la historia de Brasil
La llamada Operación Contención tenía como objetivo desarticular al Comando Vermelho (CV), una de las facciones criminales más poderosas de Río. Sin embargo, el saldo humano fue el más alto registrado en una acción de este tipo en la historia del país.
El gobernador de Río, Cláudio Castro, defendió el operativo y sostuvo que “las únicas víctimas reales fueron los policías muertos”, al afirmar que los demás fallecidos eran delincuentes. No obstante, organizaciones sociales y defensores de derechos humanos denuncian abusos, ejecuciones extrajudiciales y un uso excesivo de la fuerza.
Las declaraciones de Lula reavivan el debate sobre la violencia institucional en Brasil y la necesidad de reformar los métodos de intervención policial en zonas vulnerables. La investigación federal buscará esclarecer los hechos y marcar un precedente en materia de derechos humanos y seguridad pública.




