Estados Unidos alcanzó este jueves la cifra de 1.575.064 casos confirmados de COVID-19 y la de 94.661 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 24.105 contagios más que el miércoles y de 1.447 nuevas muertes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 356.458 casos confirmados y 28.732 fallecidos, una cifra parecida a la de Francia y solo por debajo del Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.003 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 151.558 casos confirmados y 10.843 fallecidos, el estado de Illinois con 102.688 contagios y 4.607 decesos y Massachusetts, que ha reportado 90.084 positivos por coronavirus y 6.148 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 5.129, Pensilvania con 4.869, Connecticut con 3.583 y California con 3.561.
El balance provisional de fallecidos -94.661- se aproxima a las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo «a posteriori» el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
Desde entonces, sin embargo, Trump ha aumentado su pronóstico en varias ocasiones hasta reconocer en su cálculo más reciente que la cifra final probablemente estará entre 100.000 y 110.000 muertos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143.000 muertes en Estados Unidos.