El referente del espacio ciudadano “Hagamos que Suceda”, Martín Alesi, señaló que “hay una deuda pendiente en la sociedad y el gobierno provincial, en reconocer a los policías el derecho de asociarse en un sindicato, sin derecho a huelga”.
“El personal policial está desprotegido, sin un liderazgo claro del Jefe de Policía y el Ministro de Seguridad. Observo idas y venidas en la conducción de la fuerza, medidas que se implementan y luego se las deja sin efecto, confundiendo a los efectivos que trabajan con mucho esfuerzo y sin margen de error”, manifestó Alesi, resaltando también que “después el gobierno de Arcioni los llama corriendo para que pongan el cuerpo cuando el resto de los trabajadores se manifiesta cerca de Casa de Gobierno”.
“Hay que dejar de lado los prejuicios y las opiniones poco democráticas sobre la posibilidad de que los policías deliberen y reclamen sus derechos a través de un sindicato. La agremiación no es insubordinación. La Constitución no admite que los policías chubutenses sean ciudadanos de segunda. Nos falta madurar mucho como sociedad: solamente los recordamos cuando nos ayudan, o un agente murió en cumplimiento del deber”, analizó.
“Los reclamos sobre condiciones dignas de trabajo llevan mucho sufrimiento a policías que defienden sus derechos constitucionales, como sumarios, sanciones, quita de adicionales, recargos, envío a zonas desfavorables, traslados lejos de la familia, freno de ascensos y hasta expulsión de la fuerza”, subrayó Alesi.
En el mismo sentido, explicó que los trabajadores policiales “tienen un régimen verticalista, comprensible por tratarse de una fuerza de seguridad. Pero esa misma estructura les hace padecer consecuencias graves en sus condiciones laborales y derechos. Los salarios bajos y la exposición permanente a riesgos graves exigen de un interlocutor legítimo frente a la falta de registro de la conducción política de la Policía”.
“Muchísimos policías están en puestos de control a la intemperie, desamparados, soportando bajas temperaturas sin una casilla equipada. Con apenas una inversión mínima, es posible que el gobierno mejores estas condiciones. No es un tema económico, veo que falta voluntad política”, consideró Alesi.
Afirmó además que “el policía está expuesto todos los días a situaciones de extrema tensión y angustia. Sale de su casa sin la certeza de si va a regresar a ver de nuevo a su familia. Una enorme cantidad de integrantes de la fuerza necesita apoyo psicológico, es intolerable que la obra social Seros cubra parcialmente el tratamiento y tengan que pagar un importe por coseguro, cuando no cobran sus salarios bajos en tiempo y forma. El Estado como empleador los coloca en una función estresante y peligrosa, como mínimo tiene que brindar una terapia con cobertura integral, con el terapeuta a elección del policía, sin que tenga que pagar nada de su bolsillo”.