Sandra Grizzutti, directora de personal del Hospital de Clínicas, dijo que «muchas veces el trabajo administrativo no se luce y es muy importante» aunque remarcó que «en la trinchera» por la pandemia de coronavirus están los médicos y enfermeros.
«Tengo un sentimiento muy profundo por el Clínicas», contó Sandra, quien desde hace 33 años trabaja como empleada del hospital universitario del barrio porteño de Recoleta, donde actualmente se desempeña como directora de personal.
Su historia en el centro médico comenzó como paciente, cuando tuvo que frecuentarlo por problemas de salud durante su adolescencia.
Tiempo después, ya con 20 años, vio que su médico no tenía personal, por lo que se encargaba él mismo de realizar las tareas administrativas y se ofreció a ayudarlo voluntariamente. Desde ese entonces jamás dejó el Clínicas.
«Un día una supervisora me dijo si quería ser personal del hospital, a mi me encantaba lo que hacía en aquel momento como administrativa asistencial en el sector de urología. Este ingreso traía un cambio de sector, así que en 1986 entré al departamento de personal del cual nunca me fui», relató.
Los días de Sandra transcurren en el hall central de la planta baja del edificio, donde pasa entre 10 y 12 horas, mucho más tiempo del que comparte con su marido y sus 2 hijos, un ingeniero en Informática de 29 años y una licenciada en marketing de 25.No tengo miedo, estamos con protección, bien capacitados y tenemos un servicio de infectología que nos preparó”
SANDRA GRIZZUTTI
«Por suerte mi familia me contuvo y lo entendió porque soy una persona muy obsesiva con el trabajo y tuve la colaboración y comprensión de ellos», enfatizó la mujer de 55 años, que extraña dedicar tiempo a pintar, su otra pasión que la llevó a estudiar el profesorado de dibujo y pintura.
La responsabilidad de ser trabajadora esencial pesa en Sandra cuando se trata de su hogar ya que su hijo es asmático y, aunque cada vez que regresa a su casa realiza todos los cuidados necesarios, «la angustia siempre está».
Sobre el coronavirus, reflexionó que todo lo que sucede le genera «sentimientos encontrados», por un lado tristeza y al mismo tiempo está contenta por estar en un equipo de salud que «está en la trinchera, dejando todo».
Desde que se decretó el aislamiento, contó que tuvieron que determinar los servicios que eran esenciales dentro del personal, turnarse y formar equipos de trabajo para evitar contagiarse.
Por la labor que realiza, Grizzutti está en contacto permanente con personal de salud. «A la dirección voy todos los días y los directores son médicos que están en la primera línea de fuego, como cualquier otro médico», indicó con orgullo.
«No tengo miedo, estamos con protección, bien capacitados y tenemos un servicio de infectología que nos preparó», añadió
Orgullosa, la mujer sostuvo que es lindo estar en el hospital porque «ves como todos, desde los directores hasta la última persona le meten garra para ayudar al paciente y enfrentar todo esto».
«Todos quieren ayudar», dijo conmovida por poder visibilizar el trabajo que realiza junto a la gente está bajo su supervisión, y destacó que aunque hay diferentes tipos de trabajadores administrativos en el hospital como el asistencial que atiende pacientes y los que no están en relación con ellos, «todo quisieron colaborar, se los capacitó y están atendiendo una guardia».
En cuanto a las situaciones que le toca vivir a diario en su lugar de trabajo, contó que aunque no hubo casos positivos de Covid-19 le «genera culpa pensar que vienen a trabajar y queda un poquito de esa angustia».