Si se cumpliera con el reglamento de la policía, el comisario Néstor “El Tero” Gómez Ocampo, no podría haber sido nunca nombrado como subjefe de la institución, por las amistades que tiene. En la legislación se marca como una causal de destitución que un policía tenga relación con la delincuencia. Y eso, con Gómez Ocampo no se cumple. Claramente.
También dice que el subjefe de Policía debe ser de carrera, que al momento de su nombramiento tiene que estar en actividad pero para nombrar a Gómez Ocampo, terminaron modificando ese artículo.
O sea que cuando de intereses se trata la Ley no sirve para nada en esta provincia: se cambia cuantas veces sea necesaria o, lisa y llanamente no se respeta.
Es ya un secreto a voces que a Gómez Ocampo, lo están protegiendo. Sus intervenciones públicas son casi nulas y desde que las críticas en su contra han arreciado por ser “amigo” de un narcotraficante condenado por la Justicia que actualmente en prisión se cuida hasta de aparecer en la foto de algún acto. El polémico Massoni, el ministro de Seguridad que tenemos en la provincia, lo quiere “meter por la ventana trasera” a la Agencia Antinarcóticos.
A propósito, el otro día se conoció que desplazaron a otro jefe de Drogas Peligrosas, el que estaba en Puerto Madryn. ¿Lo habrán sacado porque representaba un escollo para “El Tero” Gómez?
Todo indica que en la policía del Chubut, Gómez con su presencia y sus intenciones de manejar “narcotráfico” (entiéndase el área) ha desatado una interna entre “los buenos” y los que están del lado de Gómez Ocampo. ¿Cuál será el próximo desplazado?