Nueve de cada diez vecinos que han denunciado a “la policía de Massoni” no creen en la Justicia y piensan que hay connivencia con los acusados para que todo quede en la nada. Consideran que han perdido el tiempo exponiendo el caso en la fiscalía y ahora tienen temor a posibles represalias.
De hecho, la madre de un chico de las Mil Viviendas de Trelew al que le dieron una salvaje paliza entre varios uniformados y hasta le pusieron una pistola en la cabeza, ha visto patrulleros merodeando de manera intimidante su domicilio y siguiéndolo a su hijo.
Ella, es una de las que sostiene que con la denuncia que hicieron no va a pasar nada, pese a que desde la Defensa Publica ante una consulta de este medio han asegurado que el proceso está avanzado y que en cualquier momento habría audiencia de apertura contra varios policías imputados.
En un rápido relevamiento telefónico que ha realizado este portal de noticias entre aquellos que fueron víctimas de hechos de violencia policial y lo han denunciado, se evidencia el descreimiento que tiene el ciudadano común en la Justicia; de ahí que es entendible que haya muchos que sufrieron algún caso de apremio, vejación o de brutalidad policial que no quiera ponerlo en evidencia. Es por eso que “la policía de Massoni” se siente cada vez más impune y redobla la apuesta.
Un ejemplo claro de eso fue el caso de Gabriel Fredes; el del vecino del barrio INTA de Trelew que al poco tiempo de haberlos denunciado, debió soportar que le allanaran violentamente la casa y que lo maltrataran a él y su familia buscando un arma inexistente y a alguien involucrado en un hecho de violencia de género que allí no vivía.
Fredes es aquel albañil que se hizo tristemente famoso en la prensa nacional, cuando le dispararon a la cara con munición antitumulto aquella vez (a mediados de junio) en que “Massoni y sus muchachos” inventaron un operativo para salir a reprimir indiscriminadamente a cualquiera que se les cruzara en el camino.
Todavía se recuerda “la gran mentira” de la moto que el polémico ministro de Seguridad decía que le habían querido robar a un policía, para justificar la desmedida violencia contra vecinos inocentes que –en muchos casos– tras escuchar las detonaciones de las armas largas policiales; habían salido de sus casas a mirar pretendiendo saber qué era lo que estaba ocurriendo en el barrio.
Por estos hechos, por ejemplo, todavía no hay nadie imputado, no hay una causa en trámite y los policías involucrados siguen trabajando normalmente, con el aval de la Jefatura de los Gómez, como si nada hubiera pasado. Ahí, perversamente, quieren hacer que uno solo se haga cargo.
Estas mismas personas que fueron víctimas de “la policía de Massoni”, tuvieron que bancarse después que el cuestionado ministro de Seguridad que tenemos en Chubut los vinculara al narcotráfico, en afirmaciones que después no se animó a sostener en una denuncia penal, porque evidentemente no tenía ningún tipo de respaldo para decir lo dijo de manera irresponsable.
En este contexto tan contaminado de injusticias y de miserables ocurre la noche del lunes un nuevo caso de presunto exceso policial en el barrio Tiro Federal de Trelew, en donde un policía utilizando una escopeta antitumulto le dispara directamente al pecho a un hombre que dicen quiso apuñalarlo tratando de evitar –aparentemente– que a uno de sus hijos le pegaran y se lo llevaran detenido.
Aquí nuevamente el clan Gómez, de la Jefatura, introdujeron el dato posiblemente mentiroso –quizás– para justificar la represión; de que el muchacho y el hermano habían escapado en un auto cuando habían intentado identificarlos porque –según dijeron—los habían vistos circulando en actitud sospechosa. Ahora parece que en la Justicia quieren investigar si esto realmente fue así, porque habría testimonios que darían una versión distinta.